¿Cuántas veces hemos visto La vuelta al mundo en 80 Días en la televisión. Y hablo de “la buena” Aquella maravilla dirigida por Michael Anderson y protagonizada por David Niven con Cantinflas como compañero de fatigas con su verborrea fácil “a la inglesa”. Esa pieza del cine fantástico que llevó la novela de Julio Verne a la gran pantalla con tanto éxito que ganó nada más ni nada menos que 5 estatuillas doradas, entre las que se encuentra la de Mejor Película. Cuando el cine de aventuras era considerado tanto o más como el resto de los géneros. Corrían los años cincuenta y las superproducciones encantaban a pequeños y mayores.
Tan mítico es el personaje de Willy Fog que en los 80 lo convirtieron en un simpático león y le hicieron recorrer con muy variopintos compañeros las televisiones de medio mundo. Rigodón contaba con una mascota, un Ratón que por doblaje se convirtió en uno de los más entrañables personajes andaluces que hemos tenido el placer de ver en la pantalla. Quien haya sido un niño en los ochenta estará mentalmente repasando la canción: Son, ochenta días son, ochenta nada más, para dar la vuelta al mundo…
Obviamente Disney, con este afán de rehacer los clásicos a principios de siglo decidió masacrar estas dos enternecedoras obras de nuestra memoria colectiva poniendo a Jackie Chan en el papel de mayordomo circense dando patadas y equívocos y con un puñado de desconcertantes secundarios como el gobernador de california (Arnie) en una bañera o al clásico Owen Wilson casi con calzador. Ni los niños respondieron con la misma gracia a este burdo remake, pero sin duda sus padres acababan las proyecciones con diversos grados de depresión.
Ahora los madrileños pueden quitarse el mal sabor de boca de la versión del 2004 con el aliciente de enseñar a los niños los valores que parece que se están perdiendo: la amistad, la constancia, la entrega, el amor, el honor,.. ¿La puntualidad?
En el Teatro Häagen-Dasz de Madrid se representa hasta pasadas las navidades un musical basado en Willy Fog, la serie animada creada por Claudio Biern Boyd y con música de Guido y Mauricio De Angelis (compositores de David el Gnomo, D’Artacan, Baner y Flapi o Orzowei). La dirección corre a cargo de Victor Conde y produce Ricard Reguant.
La obra de teatro es una de esas pocas que puedes decir que disfrutan los niños pero cantan sus padres. Es la excusa ideal para llevar a los más pequeños y pasar un buen rato recordando la infancia. Si además eres un nostálgico déjate caer antes por el teatro, la banda sonora no tiene desperdicio.
Tienes hasta el 11 de Enero antes de la gira por España para comprar tus entradas.
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