En ocasiones, cuando conoces a una persona, una primera impresión errónea te puede llevar a odiarla (a veces sin saber muy bien porqué). Pero, tras varios encuentros puede que cambies de opinión sobre esa persona y pases, incluso, a amarla. Esta situación, y la contraria, nos puede suceder no solo con personas… sino con las mismas películas.
¿Nunca os ha pasado? Yo tengo dos ejemplos claros.
En 2001 se estrenó, con bastantes años de diferencia respecto a su predecesora HANNIBAL, continuación de las aventuras del Psicópata Hannbial Lecter genialmente interpretado por el Oscarizado Anthony Hopkins en EL SILENCIO DE LOS CORDEROS.
No hará falta decir que tengo la película de Jonathan Demme en un altar, y si la segunda la dirigía el Señor Ridley Scott pues mis ganas de verla aumentaban. Tras un priemr visionado en el cine salí decepcionado. Recuerdo haberme aburrido soberanamente viendo la película. Al llegar al día siguiente en el instituto todavía me escocía el cabreo, me habían destrozado con esta segunda parte que consideraba lamentable.
Años después, Antena 3 estrenó a bombo y platillo el film en esa sección titulada ´El Peliculón´. Por alguna extraña circunstancia que aún no me llego a explicar, en un cambio de canal me quedé recordando escenas… y escenas… y entre tanta tonelada de anuncios acabe viéndomela enterita de nuevo. Esta vez, mi impresión había sido otra muy distinta.
Quedé maravillado. ¿Cómo no había sabido reconocer la dirección de Scott? Solo con la escena de Estoy pensando muy seriamente el comerme a su esposa hubiera bastado para conquistarme. HANNIBAL se ha ganado mi corazoncito poquito a poco.
Otro ejemplo curioso sucede con DEEP IMPACT. Pero ésta vez al contrario. En el cine, me encantó la puesta en escena, ese presidente de raza negra interpretado por Morgan Freeman… y a la hora de alquilarla otra vez en DvD me quedé planchado. ¡Me gustó más ARMAGEDDON!
Hay veces que los factores se remiten incluso a la sala de cine. Uno puede quedar maravillado por los efectos especiales de EL DIA DE MAÑANA si los ve en la pantalla grande, pero vistos luego en la televisión todo resulta descafeinado.
En ocasiones el estado de ánimo también influye. Una comedia puede ser mucho más grraciosa si uno viene de pasar una mala racha o si va con predisposición a reirse.
También hay casos inexplciables por que tras ver BATMAN & ROBIN en el cine (era muy pequeño, ¿puedo alegar inconsciencia?) recuerdo haber salido conforme tras ver una nueva película del Hombre Murciélago. Justo antes del estreno de BATMAN BEGINS Telemadrid rememoró la cinta a esa hora siestera que son las cuatro de la tarde… y madre mía. No pude entender el porqué había salido conforme del cine… ¡¡Cómo había podido pagar por ver eso!! ¡¡Cómo no pedí que me devolviesen el dinero!!
Cosas del cine supongo. Os invito a compartir vuestros casos en nuestro grupo de Facebook. Eso si, os ponáis como os pongáis FORREST GUMP no la aguanto ni de buen humor, ni de mal humor, ni de ninguna manera.
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