Hace ya muchos años que Hollywood es una voraz Megaempresa cuyo mayor objetivo es el de hacer caja.Tanto en el llamado«Cine Independiente»,como en los consabidos Blockbusters,las majors persiguen,sobre todo,rentabilizar el producto.
Y en este contexto,es difícil que se den segundas oportunidades.
«Skyline»,parte de una idea muy simple:los alienígenas malos de turno llegan a la tierra a bordo de enormes naves capaces de abducir en masa,aspirando literalmente a todo bicho viviente.La raza humana(como no),hará lo imposible para sobrevivir.
Después de esta idea repetida hasta la saciedad a lo largo de los años dentro del género de ciencia-ficción (combinado casi siempre con acción a raudales),del director y el guionista depende destacarse por encima de la media o dejar patente que aquí ni se inventa nada,ni se pretende hacerlo.
Lamentablemente «Skyline» se engloba sin remedio en el segundo grupo.
Una vez superados los excelentes efectos visuales(es difícil facturar una película con tanto oficio con un presupuesto reducido)y el esmerado acabado del producto,que desde luego pone de manifiesto que los hermanos Strause saben qué hacer con cada apartado técnico de la cinta«Skyline» se da de bruces con la manifiesta vacuidad de un guión demencial,actores con carisma cero(Eric Balfour es un androide enviado a la tierra para terminar anunciando teletienda) y,en definitiva,el envoltorio perfecto donde esconder un regalo envenenado.
Solo los que quieran experimentar sus bondades visuales,olvidándose por completo de lo que les cuentan,podrán encajar estos noventa y poco minutos de un currículo visual de los Strause,que sería genial si buscaran trabajo como jefazos de ILM,pero que vale de poco más al presentarlo en la pantalla grande.
La pregunta es ¿Hollywood les dará una tercera oportunidad a estos señores-tras los fiascos de Alien contra Predator 2 y el que nos ocupa-recoonvertidos en Directores,o pasarán por fin a dedicarse a lo que-realmente y sin discusión-saben hacer?.
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