Ambientada en los últimos años del franquismo, en los tensos tiempos previos a la transición española, que comienza con el reclutamiento del Payaso Tonto para luchar con el bando republicano durante la Guerra Civil Española, en 1937. Su hijo, payaso como él, lucha por el amor de una trapecista 40 años más tarde con el payaso más famoso del circo.
Punto Número 1: Antes de comenzar la proyección de la película y sin tener la más remota idea de lo que me iba a encontrar en esta BALADA TRISTE DE TROMPETA aparecen los sucesivos trailers que avanzan los futuros estrenos. Me encuentro con dos trailers de dos películas españolas (LA DAGA DE RASPUTIN y otra que no recuerdo) y la verdad es que siento un pelín de vergüenza ajena por que vuelve a dar la sensación de que solo sabemos hacer ese tipo de cine de comedia tonta que es cien por cien española.
Y después llega la película, con un arranque sensacional (muy pero que muy Tarantiniano) con ese «un payaso con un machete, ¡tú si que vas a acojonar!» y los títulos de crédito (geniales, por fin un director que se acuerda de que los títulos de crédito forman parte también de la película) de después que es de lo mejor del cine español de este año. Después el ritmo decae un poco simplemente porque ocurren ciertas cosas en el guión, que bien podrían homitirse.
Se pueden observar muchas referencias al cine de Alex De la Iglesia en esta. En muchas ocasiones es como si estuviesemos viendo MUERTOS DE RISA (esa lucha entre protagonistas, ese ´uno es el gracioso y el otro no…´) pero totalmente desmadrada y sin frenos. Al menos ésta no falla en lo que fallaba la anterior. Y volvemos a encontrarnos con una lucha final en un gran edificio. En EL DIA DE LA BESTIA era la torre de Schweppes o en CRIMEN FERPECTO esos grandes almacenes, aquí tenemos el escenario más salvaje para su película más salvaje. Y que por supuesto no voy a desvelar.
El film está plagado de personajes secundarios característicos, que tienen su dosis de protagonismo en la historia, pero ninguno carente de mención como en LA COMUNIDAD (su película más redonda). El trío protagonista está bastante bien, sobresale un poco Antonio de la Torre por el hecho de que a Carlos Areces se le sigue etiquetando en comedia absurda pura y dura.
Así pues, podemos decir que De la Iglesia es capaz de ofrecer un cine distinto al que siempre hacemos en España, de tener valor de mostrar una película valiente (todo es grotesco, histriónico, salvaje, violento…) pero al que no le termina de salir una película totalmente redonda. Huele a que va a ser de las películas más comentadas del año y que seguramente la odiarás o la amarás. Quien les suscribe se quedó amitad de camino, pelín más amada que odiada, pero con una valentía que hacia mucho tiempo que no se veía.
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