Dos solteros, Holly Berenson y Eric Messer, que no se pueden ni ver tendrán que cuidar de la hija de sus mejores amigos tras fallecer éstos en un terrible accidente de coche.
Llega a nuestras pantallas la película anual de Katherine Heigl, prometedora actriz que podía romper la taquilla tras LIO EMBARAZOSO y que de, tal vez, haber seguido esa línea de humor pelín más grueso + comedia romántica, podríamos hablar de la Reina de América del siglo XXI. Pero no es así.
No es así por que Heigl se empeña en escoger productos con poca o nada de chicha. La más arriesgada me pareció LA CRUDA REALIDAD gracias a Butler, pero el final no podía ser de lo más empalagoso.
Ahora su compañero de reparto es Josh Duhamel, bastante suelto y contento con el papel que le toca y ella, la Heigl, en su línea, dando la sensación de que podría hacer bastante más de lo que hace.
El mecánico guión de planteamiento + nudo + problemas de convivencia + final preparado desde el minuto uno no ayuda en absoluto a la película. Y es que, como ésta, existen a patadas y, lo peor de todo, todas esas probablemente sean mejores que ésta. La vi hace casi una semana y ya se me ha borrado de la mente. Muy poquito reseñable en una cinta que exhibía sus bazas en el trailer.