LEJOS DE ELLA es sin duda una perla del cine íntimo. Es una historia de amor, de esas que ya no se escriben. Fiona y Grant son un matrimonio bien avenido. Han tenido sus más y sus menos pero se quieren. Eso se puede notar por las miradas que comparten ambos hasta que un día Fiona empieza a olvidarse de pequeñas cosas, sucesos insignificantes que saltan la voz de alarma. Le diagnostican Alzheimer y ella decide tomar la determinación de ser ingresada para no hacer sufrir a su marido el deterioro de su enfermedad. El centro tiene una política férrea en cuanto a las primeras visitas e impone una separación de 30 días para que ella se acostumbre a su nuevo hogar. En los más de cuarenta años que la pareja lleva casada no han pasado ni un día separados y Grant tiene miedo a que suceda lo inevitable: que su mujer le olvide.
Sarah Polley dirige su primera película con dulzura y ternura. Es habitual de Isabel Coixet o Atom Egoyan (productor de esta cinta) y consigue transmitir en cortas pinceladas que saltan en el tiempo las sensaciones de sus protagonistas y una melancolía que embriaga al espectador.
Si hay algo que atrae e impacta desde la butaca es el juego de miradas que transmiten como va evolucionando la historia. Alegría y amor en los primeros momentos en Gordon Pinset que dejan pasar a una vacua mirada en una bellísima Julie Christie (merecida nominación y premios varios). Emociones como comprensión, admiración, amor, pena, o tristeza que dejan aflorar sentimientos nobles en sus protagonistas que deben demostrar efectivamente hasta donde están dispuestos a llegar por amor.
La película no sólo retrata una dura enfermedad, también se arriesga a demostrar que las grandes historias de amor aún no han muerto y que dentro de cada hombre, por débil que sea, existe una capacidad inagotable de bondad, perdón y amor.
El otro acierto de su debutante directora es la pareja coprotagonista: Olympia Dukakis y Michael Murphy que sirven además de contrapunto y enfatizan cada paso que toma Grant en la relación.
El único fallo achacable a la cinta es que la narración se estanca cuando Grant tiene que tomar decisiones vitales. Comprensible desde el punto de vista de guión pero una cortapisa narrativa para el espectador, salvando varios minutos algo lentos (casi todos de la mano de la enfermera jefe cuando la moralina se abre una brecha) la película es casi perfecta.