Home > Estrenos > Críticas > John Rambo: para pasarlo pipa en el cine

John Rambo: para pasarlo pipa en el cine

Crítica por Ana Belén Pacheco

Somos una generación de nostálgicos y románticos. Por eso cuando Stallone se vuelve a poner el boxer para pegar puñetazos seguimos yendo a verle al cine y como consecuencia acabamos mandando a este pobre hombre (que ya es un sesentón) a la selva a recuperar otro de sus míticos papeles.

Rambo es un abuelote retirado en Tailandia donde vive con cierta calma ganándose la vida capturando cobras y pescando con su arco lo que se llevará a la boca por la noche. Así pasan sus días, haciendo cosas de jubilado, hasta que un grupo de “misioneros” le pide que les lleve hasta la frontera Birmana donde llevan años en guerra civil. Como la pela es la pela Rambo fleta la barcaza y les deja allí, en medio de la selva con el resultado obvio de una captura por parte de los birmanos pequeñazos y el consiguiente rescate por parte de una panda de mercenarios que, ilusos ellos, no saben quien es John Rambo.

El estado físico de Stallone no es un secreto. El tipo ha crecido más a lo ancho que a lo largo por lo que da mucho miedo, bastante más que en sus años mozos (ahora abulta prácticamente el doble producto de los anabolizantes) pero lo que no ha cambiado por mucho botox inyectado es su “actuación” que vuelve a ponerse dedicarse en cuerpo y alma a matar entre las palmeritas.

John Rambo es lo que el espectador espera: una sucesión de escenas de violencia, mucho más sangrienta, gore y despiezada que sus predecesoras. Adaptándose al nuevo gusto incrementa la sangre y el número de muertos por minuto generando poco lugar para el aburrimiento. Piernas volando, sustituyen a las logradas trampas de antaño y los malos no tienen tanto encanto pero como igual van a morir en pedacitos muy pequeños no hace falta cogerles mucho cariño. Esta vez no es algo personal lo cual permite muchas más libertades a John Rambo en su pequeña masacre sin más objetivo que salvar a la “novia de Dexter” (Julie Benz)

De su guión sólo podemos decir que es escaso, se ahorra juicios morales y no entra a esta nueva moda de politizar el cine de acción. Al contrario, fomenta la adrenalina con un flashback que hará las delicias de los fans más antiguos y esos guiños a la saga con la tipografía roja clásica de la saga. Eso sí esta vez Rambo no pasea en camiseta, lo cual se agradece. Pero seamos claros, quien va a ver Rambo quiere ritmo y acción y eso lo consigue a la perfección incluso con la escena de la metralleta que posiblemente sea una sucesión de tiros de quince minutos que deja una sensación de querer salir del multicine de turno y reventar el McDonals de al lado.

John Rambo es, en perspectiva, un digno entretenimiento que me ha hecho disfrutar en mi butaca aún consciente de que posiblemente sea tan mala como su segunda parte pero… ¡A quien le importa! Como ya citaron en la tercera entrega:

—John, creo que nos estamos volviendo demasiados blandos.

—Sólo un poco Señor.

Solucionado.

Crítica por Jose Luís Serrano García

Ya no quedan héroes como los de antaño. Hasta Indiana tiene que volver a coger el látigo una cuarta vez, McClane tiene que aparecer para salvar el país de la destrucción de unos niñatos informatizados o Lecter tiene que seguir sacando su cuchillo a pasear. Era lógico pues que Stallone recuperara a John Rambo, ahora retirado, sin Truman y volviendo a sentir las piernas.

A pesar de que servidor nunca comprendió del todo el éxito de una cinta (ACORRALADO) que estaba bien pero no era para tanto, y sabeedores todos que mi predilección por McClane hace que John Rambo quede en un segundo plano, me aventuré a entrar al cine dispuesto a pasarlo pipa con una peli de acción pura y dura.

Por que es, al fin y al cabo, es lo que mueve a un espectador a meterse a ver JOHN RAMBO: VUELTA AL INFIERNO. ¡Qué juicios morales ni que leches en vinagre! No señor, entramos en el cine para ver como Rambo da buena cuenta de esos Birmanos malvados que mueren de las formas más estrafalarias posibles.

El paso de los años ha hecho mella en Stallone, bastante viejete ahora, pero el tío es capaz de lucir un par de brazos que ya los quisiera Rafa Nadal para devolver los golpes de Federer. Además Stallone sin lugar a dudas ha hecho esta película para pasarselo en bomba y una vez que el film arranca (tras un inicio lento dónde se nos expone el mínimo argumento que queríamos que tuviese) pasa ante nuestros ojos un festival de cráneos reventados, miembros volando por os aires y mucha sangre de por medio.

Enfrente tenemos al general Birmano que, a parte de genocida mata aldeanos, encima es un pederasta (cuando Stallone crea a un malo, lo crea de narices) y sabemos que Rambo terminará dando buena cuenta de él. Pero esperabamos algo un pelín más espectacular.

Así pues, el film es un gran entretenimiento que sucede en un abrir y cerrar de ojos (ni siquiera nos pusieron trailers delante) siendo un film de metraje corto. Buenas frases en el guión en los momentos adecuados para dar a Rambo la importancia que se merece y buen ritmo durante todo el film. Su última media hora es para amantes del cine de acción de antaño. Para mi gusto, la mejor de todas

 

Comentarios

Deja un comentario