David Norris, un carismático congresista americano destinado a triunfar dentro de la política nacional, conoce a una guapa bailarina de ballet llamada Elise, que alterará completamente su vida y el plan establecido para ambos. Fuerzas sobrenaturales intentarán separarlos…
Una historieta de Philip K. Dyck te da para una novela, para un libro, para una serie de ellos. Un tipo con una imaginación desbordante, con ideas capaces de las que se podían obtener múltiples lecturas, tanto positivas como negativas, como diversos caminos para llevarlas a cabo. Las puedes llevar al cine de buena manera (BLADE RUNNER o MINORITY REPORT) o mala (INFILTRADO), pero también te puedes quedar en medio (como PAYCHECK), que es el lugar que ocupa DESTINO OCULTO.
Y todo por culpa de la cursilería. Hay una historia de amor que es el centro de toda la historia, el detonante de que el protagonista se plantee las cosas y le surjan las dudas. El problema es que todo resulta demasiado forzado, se podría haber desarrollado todo poco a poco y de manera más convincente (por muchas miradas arrebatadoras que nos entregue Emily Blunt y haga poner cara de alelado a Matt Damon).
El final remata la faena con una dosis de azúcar totalmente innecesaria. Inexplicablemente, el film tiene que decantarse por lo romántico o por la ciencia ficción cuando en ningún momento se le ha obligado a ello, como si los dos géneros fuesen totalmente incompatibles. Y es una lástima.
Porque lo que el público espera es ver a los tipos del sombrero, a Terence Stamp (con cara de pocos amigos pero con el carisma suficiente como para que sepamos que el malo ha hecho aparición) poniéndole las cosas difíciles al protagonista y viendo como éste tiene que sortearlas de más de una manera y con inteligencia (no con la ayuda del típico colega del protagonista que, como no, es de color).
Así pues, DESTINO OCULTO es una película entretenida, para pasar un buen rato sin pesar en exceso. Pero tenía un argumento que daba para mucho más. Por que vosotros, en esa situación… ¿Qué haríais? Por que la idea tiene mucha miga, pero no se explora casi nada.
Lo mejor : Los tipos del Sombrero.
Lo peor : Mucho Azúcar.