Cualquiera que se haya acercado a la Filmografía de Joe Wright podrá observar un Dominio total de la puesta en escena.
Virtuoso donde los haya, Wright extrae oro puro de las imágenes, dotándolas de una capacidad de evocación excepcional.
En ‘Hanna’, el Director británico decide cambiar de registro, entrando de lleno en el Cine de Espías con la firme intención de reinventarlo o, simplemente, dinamitarlo.
Hanna es una joven adolescente entrenada por su padre, un ex agente de la CIA que,en la helada tundra lapona la convierte en la perfecta asesina capaz de sobrevivir en cualquier situación.Todo cambia cuando se ve separada de su padre y tiene que luchar por su vida.
Probablemente no haya una película de mayor poderío visual en lo que llevamos de año. La puesta en escena de ‘Hanna’ resulta espectacular, combinando perfectamente con la anárquica concepción de la cinta.
Con los Chemical Brothers de fondo, el periplo hacia la madurez de esta joven que nunca ha salido del cascarón, sobrada de recursos a la hora de matar con sus propias manos a todo bicho viviente pero totalmente nula entablando una relación afectiva, sirve de detonante para que Wright siente cátedra en un ejercicio de estilo inapelable.
Pero no es oro todo lo que reluce, y las pretensiones del Director están muy alejadas de la capacidad real del libreto.
‘Hanna’ tropieza , trastabilla y finalmente se estrella cuando nuestros ojos miran mas allá del edificio visual y estilístico.
Cuando eso ocurre, nos damos cuenta de que los ojos de un profundísimo azul de Saoirse Ronan, la figura paterna de Eric Bana o la maldad de Cate Blanchett no nos provocan reacción alguna. Los personajes son tan planos y fríos (algunos, como el atajo de siervos de la Blanchett o los Hippies que acogen a la asesina adolescente, resultan ridículos) como el desolador paisaje de Laponia.
En su corazón, ‘Hanna’ está muerta.
Wright ha cuidado el Continente hasta el extremo de tirar al retrete el Contenido.
Con un poco más de James Bond y un poco menos de presumir porque puedo, la cinta de Wright entraría de lleno en la Liga que juega Jason Bourne, allí donde residen las cintas de acción con mucho que decir.
El talento de Wright está intacto, que nadie se preocupe. Pero esta vez no ha podido contener al Autor que se pasa de listo.
Lo mejor : Visualmente espectacular.
Lo peor : Está muerta por dentro.