Una búsqueda que comienza como una vendetta personal para el feroz guerrero cimmerio Conan que,de niño,ve cómo asesinan a su Padre, no tardará en convertirse en una épica batalla que lo enfrentará a descomunales rivales y horrendos monstruos. Contra toda esperanza de victoria, Conan se dará cuenta de que es la única posibilidad de salvación de las grandes naciones de Hiboria frente a la invasión de un mal sobrenatural despertado por Khalar Zym.
Los peligros del Remake, de las nuevas versiones o de revisitar una obra que tuvo su ‘clásico’,son numerosos.
El ‘Conan el bárbaro’ de John Milius(sin ser,ni mucho menos,una gran película)llegó en el momento propicio para marcar a una generación,escondiendo sus defectos tras la imponente presencia de Arnold Schwarzenegger,un sentido grandilocuente de la épica y la impresionante Banda Sonora de Basil Poledouris.
Dejemos atrás la visión de Milius sobre el ‘héroe’ creado por Robert E.Howard,y centrémonos en la película dirigida por Marcus Nispel.
‘Conan el bárbaro’,se acerca mucho más a la Obra de Howard que la cinta de Milius,ahondando en las tierras de Hiboria y expandiendo el viaje del Cimmerio.La Hiboria de Nispel es mucho más que un páramo,y el diseño de producción de la cinta hace que cobre vida.
Además,la interpretación de Jason Momoa supera con creces la pétrea encarnación de Schwarzenegger,dotando al Cimmerio de la habilidad de una pantera,la brutalidad del que busca venganza y ciertos sutiles matices que acompañan a su hosca persona.
Con dos elementos muy importantes tan bien encajados …¿qué es lo que falla en la película?.
Son cuatro los cimientos capitales que se resquebrajan, provocando que la cinta no haga olvidar ni tampoco reiniciar la Saga del bárbaro: montaje,banda sonora,leit motiv y el conjunto de personajes que acompañan al protagonista.
El montaje, poco menos que horrible, convierte la cinta de Marcus Nispel en una sucesión de escenas de acción perfectamente coreografiadas,que se cortan de sopetón por tranquilas y (en su mayoría) fallidas escenas de transición.
La cinta en una montaña rusa que se detiene cada cinco minutos.
La Banda Sonora de Tyler Bates no ayuda al héroe en su aventura y,donde acertaba cada nota de Basil Poledouris,Bates fracasa componiendo un Score demasiado convencional,donde ningún tema queda para el recuerdo ni otorga entidad a las imágenes en Pantalla.
El leit motiv de Conan, cimentado única y exclusivamente en la venganza por la muerte de su padre,resta muchos puntos a la psique del personaje,desenchufando el nivel emocional del espectador,que asiste impávido a una aventura sin protagonista con el que identificarse.A esta desalentadora situación,por último,se une la totalidad de los secundarios que (pese a las esforzadas interpretaciones,lastradas por un guión reescrito demasiadas veces) no pasan del trazo grueso,resultando inocuos para el héroe.
¡Por Crom!…Conan se queda a medio camino de todas partes.
Lo mejor: Jason Momoa y el intento sincero por ahondar en la obra de Howard.
Lo peor: Olvidar lo que hace grande una película.