Adrián es un músico de la Orquesta Filarmónica de Bogotá y está perdidamente enamorado de su novia Belén… Pero Belén empieza a dudar de su fidelidad. Un día ésta desaparece sin dejar rastro. Afligido, Adrián encuentra consuelo tanto en la música como en los brazos de Fabiana, una hermosa camarera. Pero a medida que crece la pasión entre ellos, empiezan a hacerse preguntas sobre la misteriosa desaparición de Belén.
Estoy completamente de acuerdo con todos aquellos a los que no les haya gustado (u odien) la película en dos puntos. Uno: Cuánto más sepas de ésta película, flaco favor le haces. Y punto número 2: Si no aceptas las reglas del juego que te está proponiendo Andrés Baiz, estás perdido. Pero quien les escribe ha aceptado los dos puntos.
Para todos aquellos que se dejaron sorprender, que fueron a la sala de cine sin conocer la historia, estoy convencido de que se llevaron una grata impresión. ‘La Cara Oculta’ es sorprendente en el desarrollo de sus acontecimientos. Hay una cierta sensación de «creo que va a suceder esto» que en pocas ocasiones se cumple.
Imposible no pensar en que hubiera hecho el Señor David Fincher (sabéis quienes me leéis habitualmente que es mi debilidad) con esto. Hubo un momento en que me la empecé a imaginar con sus travellings marca de la casa y bueno, lo que podría haber sido (eso si, Andrés Baiz la firma con buen oficio, sacándose algún plano de la manga bastante conseguido, no hay que restarle mérito al chico).
‘La Cara Oculta’ es una propuesta diferente. Angustiosa en algunos momentos. Hay cabos sueltos por supuesto, pero hay sensación de buenas intenciones y de entretenimiento (ojito a Quim Gutierrez que cada vez me cae mejor) con algunas sorpresas bien traidas. Es algo distinto en una cartelera poblada de remakes y terceras/cuartas partes.
Lo Mejor: Su originalidad y descaro.
Lo Peor: Algún desajuste de guión.
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