Absorbente, perturbadora y penetrante. Caída vertiginosa a los mundos de la locura de una bailarina de ballet, por una insana carrera por ser una estrella de la danza.
Mediante una escenografía sencilla basada en el cromático vestuario, con cámaras al hombro, una oportuna ambientación sonora y acrobáticos planos, Darren Aronofsky pretende recrear la perdida en sí misma de la inocente Nina y a su vez en su metamorfosis de criatura delicada y controlada, hacia una perfección salvaje y a los instintos primarios llevados al descontrol.
Franz Kafka se volvería en el patio de butacas, comentaría a los espectadores que esa transformación empujada desde los rincones de la mente hacia lo peor del ser humano, de la falsa belleza y de la repulsión social ya lo habló hacia algún tiempo. Pero no deja de ser maravilloso ver esa transformación, estructurado con ese cisne blanco en la primera parte de la película, más controlada y estética y la segunda parte de la película, la llevada por la locura, como si el propio director se dejase llevar por el salvaje cisne negro, por la búsqueda de esa perfección descontrolada. Dicho sea de paso, el exceso de preciosidad que a veces inunda sus películas, aquí está más en comunión con la trama y dosificada de acuerdo a los momentos claves. Sin dudarlo está más cerca de ‘Réquiem por un sueño ‘ que de ‘The wrestler’. Se podría decir incluso, que es una versión mejor conseguida del mundo que quería expresar en ‘Requiem por un sueño’.
Un proyecto que llevaba mucho tiempo aparcado y preparado por director y protagonista y el resultado se puede sentir en la película. Dejándose vislumbrar el grado de preparación e interiorización del personaje por parte de ambos, pero sobretodo de Natalie Portman .En un maravilloso papel cuyo trabajo era doble, interpretar (no solo bailar) como una bailarina en el escenario y por otrora a esa chica atormentada deseosa escapar, de búsqueda de la perfección y de recrear el papel más oscuro de sus fantasias. El mejor papel de una actriz que ya era un destello de brillantez en lo que se viene llamando Hollywood y que pese a las más que buenas formas en ‘My Blueberry Nights’, ‘Closer’,’Las hermanas Bolena’ o ‘V de Vendetta’, se podría decir que la que empezara su carrera con ‘León,el profesional’, se ha hecho mayor en el mundo del cine.
Y a su vez es la película más redonda de Darren Aronofsky, el cual recoge con inteligencia de directores tan variados como Satoshi Kon, David Cronenberg o David Lynch. Y en la que no solo muestra, sino que lleva de la mano de la protagonista al espectador hacia el desenlace en la que tanto Nina como el espectador, prevén y desean.
Lo mejor: La pareja Aronofsky-Portman
Lo peor (por poner un pero): es una historia vista más veces.