Habiendo nacido en una familia humilde Margaret Tatcher alcanza la posición de Primer Ministro Inglés. Gobierna Inglaterra como si de una madre se tratase, endureciendo las políticas económicas durante su mandato y cuando la crisis más oprime a su país. Además, debe decidir que posición tomar ante el intento de Argentina de recuperar las Malvinas.
Aún tratándose de un biopic interesante, contado en diversos flash backs, destaca por encima de cualquier otro aspecto la interpretación de Meryl Streep, tanto encarnando a una anciana Margaret Tatcher como a la implacable dama de hierro que recuperó las islas Malvinas. ‘Antes se trataba de hacer algo, ahora se trata de ser alguien’. Y vaya si lo ha conseguido. El parecido alcanzado con el personaje no es solo físico: los gestos, la forma de hablar, esa manera de torcer los labios, el tono de voz. No es de asombrar que este papel le vaya a brindar la oportunidad de recoger su tercera estatuilla en los Oscar en su 17ª nominación.
Película dirigida por una mujer, Phyllida Lloid, con lo que retrata a la perfección ese sentimiento que tienen algunas de destacar entre los hombres, de sentirse fuera de su género, de no querer ‘morir limpiando una taza de café’. Atentos al plano cenital donde la Tatcher irrumpe por primera vez en el parlamento entre un completo caos de hombres trajeados. Millones de hombres de negro y, entre tanta oscuridad, un traje azul de mujer con un sombrero colocado perfectamente sobre el cabello recogido y rubio.
Viendo la cinta uno puede sentir que está de acuerdo o no con las ideas políticas, incluso con las formas, de Margaret Tatcher, pero no se puede decir que no fuera una mujer con carácter, con las ideas firmes y claras, una madre en quien confiar. Al menos así lo refleja el guión de la película.
Sospecho que obtendrá mejores críticas entre el sector femenino. Una no puede evitar estar viendo a la Tatcher y pensar: ‘Vaya par, así quiero ser yo de mayor’. No tiene que ver con la política sino con lo que como mujer quieres conseguir en la vida. Puedes ser la que mejor coloca los platos en la mesa y las pantuflas de tu marido o puedes querer gobernar un país y que sea él quien guarde los dibujos que hacen los niños en el colegio. Mujeres que no piensan ‘quedarse calladas agarradas del brazo de su marido’. Auténticas damas de hierro. Ellas, sin duda, disfrutarán enormemente. Si su novia es una de ellas, no sea tacaño, invítela al cine.
Lo mejor: Meryl Streep, así, sin adjetivos.
Lo peor: Excesiva humanización del personaje. Parece querer justificar algunos de sus actos políticos.