Un escándalo acaba con un potentado del algodón de la India, un comerciante de opio chino muere de una aparente sobredosis, atentados con bomba se suceden en Estrasburgo y Viena… ¿ Hay una conexión? Nadie la ve excepto Sherlock Holmes, que ha adivinado una red deliberada de manipulación y , en su centro, está el Profesor James Moriarty. Desentrañar sus planes le llevará por Europa en compañía de su fiel amigo Watson.
Es una regla no escrita pero por todos conocida que las segundas partes tienen que ser mucho más grandes que sus predecesoras.
En ‘ Sherlock Holmes ‘ Guy Ritchie resucitó para la gran pantalla este clásico de la Literatura, conservando intacta la sagacidad del impagable detective, para combinarla con toda la parafernalia de un notable espectáculo de acción, repleto de pulso.
También hay otro dicho que reza aquello de segundas partes nunca fueron buenas. No es el caso de ‘ Sherlock Holmes – Juego de Sombras ‘, pero tampoco puede presumir de expandir por el buen camino la fórmula de la primera parte.
Obviando los excelentes aspectos formales de la Producción ( donde brillan con luz propia la ambientación de Londres y París, y la excelente Banda Sonora de Hans Zimmer ) el principal problema de la película de Ritchie reside en la vacuidad del Libreto.
Lejos de plantear un montón de enigmas a la altura del Sabueso más importante de todos los tiempos, las artimañas de Moriarty se ven venir, al igual que las soluciones planteadas por Holmes, más parecido en esta ocasión a Indiana Jones, Martin Riggs o incluso el Batman televisivo, que al genio un tanto pasado de vueltas de la primera entrega.
El malo de la función y némesis de Holmes, Moriarty , tiene poca chispa en comparación con el excelente villano que avivó Mark Strong, como también carecen de carisma el sinfín de secundarios con el que Guy Ritchie inunda la trama ( Noomi Rapace resulta demasiado sosa, un desubicado Stephen Fry en el papel de Mycroft Holmes tampoco ayuda y el Inspector Lestrade aparece de refilón ), que solo sirven de excusa para ( eso sí ), el lucimiento de Jude Law y Robert Downey Jr. , perfectamente compenetrados y cómodos en sus papeles.
Así y todo, las dos horas de metraje pasan sin mirar el reloj, y para el recuerdo quedarán dos o tres escenas realmente inspiradas ( atentos a la tremenda persecución por el bosque ), pero al salir de la Sala sentimos como la segunda aventura de Watson y Holmes se diluye en nuestras cabezas, dejando patente las dos máximas de la secuela : más grande, pese a quién pese, y no tan buena como la primera.
Lo mejor : El Diseño de Producción, Robert Downey Jr. y Jude Law.
Lo peor :Salvo algún chispazo de genialidad visual, la película no deja nada para el recuerdo.
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