Matt King, casado y padre de dos niñas, se ve obligado a replantearse la vida cuando su mujer sufre un terrible accidente que la deja en coma. Torpemente intenta recomponer su relación con sus dos problemáticas hijas: la precoz Scottie que es un trasto de cuidado, y la rebelde Alexandra, al tiempo que se enfrenta a la difícil decisión de vender las propiedades de la familia. Herederos de la realeza hawaiana y los misioneros, los King poseen en Hawai tierras vírgenes de un valor incalculable.
Situándola claramente un escalón por debajo de su anterior obra más directa (No cuento el pasaje de ‘Paris, Je t’aime’) ‘Entre Copas’, por ser menos suelta y dicharachera, ‘Los descendientes’ cuenta con un baluarte incalculable. Cuando uno tiene un actor de la talla de Clooney (guapo y grandísimo actor) encima en estado de gracia, da igual que el resto de la película sea un dramón de tres al cuarto.
Clooney conmueve de principio a fín, es el alma de la cinta y queda la duda de saber qué resultado habría deparado a la película si no llega a participar. Está a otro nivel, muy superior a la calidad del film en todos los aspectos. Emociona, transmite y cuando le dan la noticia de que su mujer parece que no se va a recuperar su cara es para echarse a llorar.
Creo, que el principal problema de ‘Los Descendientes’ es que conoces perfectamente el esquema a seguir: al protagonista le sucederán los correspondientes problemas y tendrá que lidiar con ellos hasta su concluso final. Y es en el final donde parece que pierde fuerza. Adolece una conclusión mejor para una historia que promete y va perdiendo fuerza con el paso del metraje.
No me malinterpreten, el film está bien en todos los aspectos (bien dirigido, llevado, actuado y no se hace ni mucho menos pesado) pero parece menos de lo que se ha hablado en un principio. Con tanta nominación y tanto revuelo servidor esperaba más de Payne, al que ‘Entre Copas’ le dejó un gratísimo sabor de boca.
Lo Mejor: Clooney, en todos los aspectos.
Lo Peor: Te la sabes entera.