El joven Heathcliff (Solomon Glave/James Howson) es rescatado de la pobreza en las calles de Liverpool por un granjero de Yorkshire. Se lo lleva con su familia para darle un hogar y tratarlo como a un hijo. Allí conoce a Cathy ( Shanon Beer/Kaya Scodelario), la hija del granjero con la que establece una relación obsesiva e intensa. Ella está enamorada de él pero su amor es imposible.
La adaptación de la novela inglesa ‘Cumbres Borrascosas’ escrita por de Emily Brontë en 1874, llega de nuevo al cine de la mano de Andrea Arnold. La directora inglesa, famosa por retratar la realidad de medios urbanos no favorecidos como en `Red Road´ y `Fish Tank´, cambia de escenario de forma radical y dirige una nueva adaptación de la novela con su toque característico y personal. Nada que ver con la versión más conocida dirigida a finales de los años 30 por William Wyler.
Como en todas las adaptaciones de libros, en la película se cambian algunas cosas como la imagen del protagonista, que en la novela es un gitano y en la película es un niño de color discriminado por algunos habitantes del pueblo y su hermanastro Hindley. La forma de trabajar de Arnold está presente en todo momento, e incluso puede aparecer una nueva perspectiva del clásico literario. El diálogo es escaso y cobran fuerza los planos detalle, los subjetivos, los sonidos del viento por ejemplo, o los largos silencios. Lo sensorial marca la historia, el delirio de los protagonistas por su amor imposible puede incluso agobiar al espectador. La constante tensión retrasa la escena y puede llegar a cansarte. Es una película que evoca sentimientos extraños y refleja lo loco que puede llegar a estar el ser humano cuando se obsesiona por amor. Es fiel al estilo de su directora.
Lo mejor: Los planos detalle.
Lo peor: El ritmo lento de la historia.
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