Mei, una niña china que vive en los bajos fondos de Nueva York, tiene una mente prodigiosa para las matemáticas. Las triadas chinas, la mafia rusa e incluso la policía de NY la persiguen porque en su memoria guarda un código secreto de alta importancia para todos ellos. El destino hace que se cruce con Luke, un ex agente de élite que ha tocado fondo y se ha convertido en un fracasado. Juntos trazarán un plan para librarse de los perseguidores de la niña.
Una hora y veinticinco minutos de película dan para que el amigo Statham (seamos realistas, hoy en día es de los poquitos capaces de meterse en el género de acción y sacar cosas medianamente decentes) cabree a chinos, rusos, policías y al cristo que lo fundó si hace falta.
Empieza en chandal, pero como es más chulo que un ocho acaba como siempre trajeado y repartiendo mandobles a todo el mundo. La pega es esa, que hasta que no se mete en materia el film es pelín pesado y aburrido, después pues nos lo sabemos casi enterito: disparos, persecuciones, minima evolución de la amistad entre la niña y el protagonista, y fín del asunto. Y todos tan contentos.
Y aunque el personaje es pelín raro, de esos de los de «he tocado fondo pero soy un buen tío» capaz de hablar en ruso al menos nos va cayendo mejor según avanza el metraje.
Los suburbios de la ciudad de Nueva York son el paraje de ésta propuesta. Se le podría haber sacado más provecho, pero al menos el asunto cuando entra en materia no aburre.
Lo Mejor: Statham repartiendo.
Lo Peor: Que te la sabes.