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‘Prometheus’: Mastodóntica decepción

Prometheus

Gracias al descubrimiento de unos Pictogramas en la Tierra, un grupo de científicos y exploradores emprende un viaje espacial a un remoto planeta, donde sus límites físicos y mentales serán puestos a prueba. El motivo de la misión es encontrar la respuesta a las preguntas más profundas y al mayor de los misterios: el origen de la vida en la Tierra.

No hay nada peor que aguardar al Mesías con las expectativas demasiado altas.

El retorno de Ridley Scott a la ciencia-ficción, tras redefinirla con títulos imprescindibles como ‘Blade Runner’ o ‘Alien, el Octavo Pasajero’, se antojaba majestuoso, y más cuando le traía de vuelta a la Saga que lo encumbró, buscando los orígenes de la misma.

‘Prometheus’ puede presumir de conservar la imaginería visual de Scott a pleno rendimiento, y no hay uno aspecto formal de la producción que no resulte espectacular.

La asfixiante recreación de ambientes, el talento para plasmar imágenes perdurables y la capacidad para captar la atención del Espectador a través de impactantes prólogos permanece intacta. Scott sigue siendo un Maestro capaz de correr riesgos e ir un paso más allá.

Con semejante potencial y el añadido del total favor de un público deseoso de conocer los orígenes de los Bichos más malos del Séptimo Arte, es imperdonable que, tras dos horas de metraje, la decepción sea tan grande.

Pues fuera del exquisito trabajo visual, de la cuidadísima producción, ‘Prometheus’ puede jactarse de tener poseer el peor Libreto de los últimos años, por cortesía de John Spaihts y Damon Lindelof, dos plumas con credenciales que naufragan entre arquetipos y estupideces (nunca sabremos si obligados por las directrices del Blockbuster Moderno Palomitero para Idiotas o por un repentino éxodo neuronal).

Con un reparto capaz de ofrecernos un recital interpretativo de alto copete …¿qué obtenemos? Probablemente la expedición científica más inútil y absurda de la Historia del Cine.

Ni una sola de las decisiones que toman los personajes una vez llegan al planeta tiene el más mínimo sentido, comportándose todos ellos como colegiales sin conocimiento ninguno de los fundamentos básicos de Seguridad en el estudio de nuevas especies, o el comportamiento en territorios desconocidos.

A Lindelof y Spaihts les habría bastado ver un par de episodios de ‘Star Trek’, para saber que no se quitan los cascos del traje a las primeras de cambio, que es imposible perderse en un sitio que previamente has cartografiado de cabo a rabo; que si la cámara de un tripulante presumiblemente muerto se activa, no se puede ir a explorar sin tomar precauciones o que, tras gastarse un Billón de Dólares en llegar al Planeta de Marras, se puede esperar un día para iniciar la Expedición, con motivos más inteligentes que “es Navidad y quiero mi regalo”.

Éstas y MUCHAS más incoherencias se suceden durante el metraje y, cuando alcanzamos el impactante (pero estúpido) clímax, nos damos cuenta de todos los sinsentidos que el guión ha escupido con total impunidad.

Ni siquiera Michael Fassbender (el único salvable del despropósito) es capaz de dotar de suficientes matices a David, y sus acciones chocan frontalmente con la lógica de su programación.

Pese a la innegable presencia del genial actor, su Androide está para que lo encierren en un Sanatorio Mental, y tiren la llave.

Por último y contra toda lógica (¿es que Ridley Scott, los Guionistas, Productores, el tío del Catering o cualquiera de los cientos de Asesores del Producto, de repente han olvidado el enorme Legado de ‘Alien:El octavo pasajero’?), la génesis del Mal Bicho no se corresponde con los acontecimientos de la película Madre, tecnicismos aparte.

Vale que realmente  en ‘Prometheus’ viajan al Planeta LV-423 y en ‘Alien:El Octavo pasajero’ la Nostromo aterriza en  LV-426, luego el Ingeniero no debería ser el mismo pero…un poco de respeto para la Audiencia Media,que no se pierde en explicaciones a lo George Lucas.

En el espacio, nadie puede oír tus gritos.

Pero en las Salas de Cine de la Tierra, sí se puede sentir la reacción de la Audiencia ante una tomadura de pelo cósmica.

Por cierto (ALERTA SPOILERS) : a la pregunta de por qué los Ingenieros quieren cargarse la Raza Humana, la respuesta está clara: porque como todos sean como los Tripulantes de la ‘Prometheus’, estamos condenados a la extinción por Imbéciles.

Lo mejor: Visualmente perfecta.

Lo peor: Es muy difícil acumular tantas incoherencias en el mismo ¿guión?.

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