Un grupo de científicos y exploradores emprende un viaje espacial a un remoto planeta, una rara estrella recién descubierta en busca de las respuestas a las preguntas más importantes de la humanidad. Allí, donde sus límites físicos y mentales serán puestos a prueba, encontrarán todo tipo de peligros.
Queriendo responder a muchas de las incógnitas planteadas en ‘Alien: El Octavo Pasajero’ (que hoy en día sigue siendo una de las mejores películas del género de la ciencia ficción) el director Ridley Scott vuelve al terreno de la ciencia ficción. Déjense llevar por el Capitán Scott, suban a la ‘Prometheus’ y disfruten del viaje.
Eso sí, no busquen respuestas. Todo está planificado a modo de trilogía y un libreto que viene firmado por Lindelof (de la serie ‘Perdidos’) es imposible que contenga más respuestas que preguntas.
Así, Scott nos regala un film perfectamente filmado. De una belleza visual aplastante. Por si fuese poco, algunas de las escenas permanecen en tu retina y será difícil que salgan de tu cabeza. Y al momento «operación» me refiero, por poner un ejemplo.
Y es que no podía parar de pensar en ‘Alien’ durante su proyección. Todo me recordaba a ella: la nave, Noomi Rapace a modo Ripley, el androide… Scott firma una película con alienígena para enmarcar.
Pelín acelerado en su montaje (y me huelo una versión del director más larga y más concisa) y quizás desaprovechando un poco el personaje de Charlize Theron (demasiado despistante, parece la mala malísima y acaba siendo un personaje muy «plano») poco más se le puede reprochar a ‘Prometheus’.
A Scott la tibia acogida recibida mundialmente (ha sido un éxito, pero por debajo de lo esperado) no debería importarle. Recordemos lo que le pasó con ‘Blade Runner’, en su momento fracasó en taquilla y hoy en día es un clásico absoluto. Quizás siga siendo un tipo demasiado adelantado a su tiempo. De momento, yo me dejo llevar. No me ha defraudado.
Lo Mejor: Secuencias y atmósfera de angustia.
Lo Peor: Pelín acelerada en su montaje.