Barney Ross, Lee Christmas, Yin Yang, Gunner Jensen, Toll Road y Hale Caesar, con su miembro más reciente, Billy, se vuelven a reunir cuando el Señor Iglesia les encarga un trabajo en apariencia sencillo y muy lucrativo. Sin embargo, las cosas se tuercen y uno de los miembros del grupo es brutalmente asesinado, lo que impulsa a los demás a buscar venganza. Así es como van sembrando a su paso la destrucción y el caos entre sus enemigos hasta que se encuentran con una amenaza inesperada: cinco toneladas de plutonio apto para uso militar, una cantidad más que suficiente para cambiar el equilibrio de poder en el mundo.
Por un lado…
Tenemos de nuevo la reunión de los cachas por excelencia, de todos esos actores de los años 80 y 90 que nos divirtieron de lo lindo con films como ‘Demolition Man’, ‘Jungla de Cristal’, ‘Terminator’, ‘Blanco Humano’… y un largo etc. Hombres de apariencia fuerte, que hablan poco y cuando lo hacen sueltan un chascarrillo matador. Terroristas del mundo, atracadores de bancos, secuestradores… todos veían su final gracias a tipos como Stallone, Willis, Van Damme, Schwarzenegger. Ahora están todos reunidos en una cinta del director de la mitiquísima ‘ConAir’ en un film repleto de acción, de disparos, de explosiones por doquier.
Pero por otro…
No estamos en los 80 ni en los 90. Estamos en el 2012 y el cine de acción actualmente ha muerto. O al menos la versión que conocíamos nosotros. Y los héroes que lo sustentaban están demasiado mayores como para hacerlo revivir. Tenemos a Stallone inflado de botox, a Arnold Schwarzenegger que solo puede estar metralleta en mano (no le pidas nada más), quizás Willis sea el más en forma del tridente de oro. Además, en esta época actual de ordenadores capaces de hacer cualquier cosa, hasta la sangra resulta demasiado artificial.
¿Qué nos queda tal vez?
Quizás dejarse llevar por el espectáculo, excesivo en su inicio y entretenido en su desarrollo. Nos queda la autoparodia de los héroes, con sus míticas frases legendarias y sus patadas voladoras. Nos quedará Van Damme, disfrutando de ser el villano de la función, a Norris que arrancará la sonrisa del espectador y lo justísimo de guión como para que no nos comamos la cabeza. Sabemos quienes son los malos y quiénes los buenos. Bien, pues que comience la pelea.
Si esperábamos (como yo) esa cinta de acción con los más míticos pero con un guión mínimamente currado y buscar seriedad en el asunto. Olvídate. Esa es la pega. La pega es que no haya nada más.
Lo Mejor: Los momentos autoparódicos.
Lo Peor: Añorar tiempos mejores.