Basada en una novela de ficción de Seth Grahame-Smith, nos cuenta la vida oculta del Presidente de los Estados Unidos Abraham Lincoln, quien también fue un cazador de vampiros tras enterarse de que su madre murió asesinada por una de esas criaturas.
Y poco más os puedo contar sobre la novela de Seth Grahame-Smith (pues nada más queda claro del asunto), principalmente porque hay un problema en todo este asunto. Y no es Tim Burton, que desde que sacase la de Alicia no da una aunque sea de productor. Se llama Timur, y se apellida Bekmambetov (He mirado ocho veces el Imdb para escribir bien el apellido).
Este hombre tiene un problema muy grave: No sabe contar historias. Pongámonos en faena: Empiezo a contar la historia, cuando voy desarrollando la acción meto más acción, meto un diálogo de por medio, un poquito de casquería barata y… ¡voilá! tenemos ‘Abraham Lincoln: Cazador de Vampiros’, que bien podría ser ‘Guardianes del Almuerzo’ si te pones.
Muy bonitas filigranas técnicas, apabullantes escenas de acción que dejarán agotado al que suscribe, momentos de «más difícil todavía» que en ningún momento conectan con el público. «¡Mira que planaco me estoy sacando de la manga!» dice Timur, mientras el espectador ya está mirando hacia el otro lado desde el minuto 20 de película. Aproximadamente.
No me vale que metas tropocientos efectos especiales por pixel al cuadrado si no me cuentas una historia y me la adornas. Es el problema principal de las películas blockbuster de hoy en día. A ratos me recuerda a la saga ‘Transformers’ en cuanto al más difícil todavía.
Es un problema general en todas sus películas. Me la puede colar una vez (‘Guardianes de la noche’), me la puede colar dos (‘Wanted’) pero tres ya es tomar el pelo al personal. Por muy difíciles y curradas que sean tus secuencias de acción si no tienes una historia que contar vas muy listo.
Y para salvar el film no vale con que me saques los mejores ojos cinematográficos de la actualidad (los de Mary Elizabeth Winstead concretamente) si no haces más que intentar hacerte el director molón.
¿Se podría haber logrado algo mejor? Así es, no es que sea la idea más original del mundo poner a Abraham Lincoln cazando vampiros pero daba para un argumento más curioso, más entretenido y más divertido que este.
Lo Mejor: Absolutamente NADA.
Lo Peor: La dirección y toque de Timur Bekmambetov.