Desde su nacimiento, Mavis vive en el lujoso hotel Transylvania, que fue creado por su padre, el Conde Drácula, para proteger a los monstruos de la amenaza de los seres humanos. Cuando está a punto de cumplir la mayoría de edad (118 años), Drácula le prepara una fiesta a la que acuden los mejores amigos de la familia: desde Frankenstein al Hombre Invisible; pero también asiste a la celebración un joven humano que se enamora de Mavis.
Comencemos por lo evidente: ‘Hotel Transilvania’, es una película de impecable factura y –en su versión original- grandes aciertos en la elección del casting. También, su escaso metraje no hace que miremos el reloj, resultando divertida y enérgica de principio a fin.
Dicho esto, hay varias razones por las que la cinta dirigida por Genndy Tartakovsky supone una oportunidad perdida para hacer no solo un homenaje a los monstruos de todos los tiempos, sino una película para recordar.
En primer lugar, desperdiciar la premisa. Si eres capaz de reunir con acierto (el recurso del Hotel como Santuario, es muy acertado) a los Monstruos clásicos con los que todos hemos crecido, resulta evidente que un embrollo familiar/romántico sazonado con andanadas de gags, es claramente insuficiente.
En ‘Hotel Transilvania’, la genialidad se apaga en cuanto Drácula termina su prólogo y, a partir de ahí, todo sucede en una montaña rusa de gags (muchos excelentes, eso sí), donde apenas queda espacio para contar la historia de un padre y su hija, y de una adolescente sobreprotegida que quiere abandonar el nido.
En segundo lugar, desaprovechar el atrayente diseño de los personajes: desde Drácula hasta el Hombre Lobo, la visión de estos Monstruos da para mucho más que su inapelable acabado técnico y capacidad gestual. Una pena que (establecidos parámetros ligeramente diferentes a lo visto hasta la fecha) al final, las acciones de todos se instalen en el topicazo, con demasiados guiños (por llamarlos de forma políticamente correcta) al ‘Monstruos, S.A.’ de Pixar, y tendiendo a la ida de olla que tanto estamos sufriendo en los tres últimos años de animación (con ‘Madagascar 3’, como exponente máximo), empeñados en saturar a la Audiencia.
Por último, la eterna manía de contemporizar los clásicos, cuando los mejores chistes de la película vienen con el choque de estos carrozas y el Ultratecnológico Nuevo Mundo.
‘Hotel Transilvania’ divertirá a todos. Los niños la disfrutarán más; los adultos no sacarán nada más allá de vivirla fugazmente, y salir de la Sala pensando que tanto oro dentro de un mismo cofre, daba para comprar mucho más talento.
Lo mejor: Drácula/Adam Sandler en la versión original, y algunos gags magistrales.
Lo peor: Desaprovecha su potencial yendo a lo fácil, y se pasa de rosca.
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