Crítica de Axier Albistur @axialbis
No quiero comenzar la reseña dando la sensación de que no me ha gustado el último film de Rian Johnson, y el segundo del interesante tandem que forma junto con el carismático Joseph-Gordon Levitt. Ante todo, ‘Looper’ funciona y engancha, te mantiene sentado en la butaca durante casi dos horas con la sensación de estar viendo algo fresco, interesante y novedoso, y eso es mucho para una época en la que la fuente de historias originales de Hollywood parece agotada. No obstante, en mi opinión, la película presenta dos peros de peso.
El primero se debe más a la promoción y las expectativas que ésta genera que a la propia obra. ‘Looper’ se ha publicitado como una historia de ciencia-ficción futurista, con viajes en el tiempo incluidos, y también como una buddy movie al estilo clásico hollywoodiense, más sugerente aún si cabe teniendo en cuenta que las dos populares caras del cartel interpretan al mismo personaje. El hecho de que una persona se reúna con su “yo” de otra época es ya de por si una premisa explosiva.
Lo que ‘Looper’ promete es por lo tanto mucho, y sin embargo no lo ofrece en absoluto. Quien se espere viajes en el tiempo, ha escogido la producción equivocada. Quien quiera disfrutar de la química de Bruce Willis con su compañero de fatigas Gordon-Levitt, tendrá que esperar a una aún no rodada próxima entrega de ‘La Jungla de Cristal’. Aquí los viajes en el tiempo son un mero McGuffin y la relación de los protagonistas deriva de forma insospechada, dando pie a un desarrollo atípico con la que la película termina ganando.
El segundo problema, y éste sí tiene cierta gravedad, es que ‘Looper’ parte de un planteamiento de por sí absurdo. Me refiero al que hace referencia el título del film, y que no explicaré para no cometer ningún spoiler. Johnson, autor del libreto además de director, presenta la excusa más rocambolesca para detonar el conflicto, cuando sin ese innecesario “loop” el argumento habría funcionado igual. Por suerte, este forzado intento por atar todos los cabos queda en un segundo plano y no lastra un film más que estimable.
Los aciertos de ‘Looper’ son muchos, y conviene apreciarlos ya que se trata de uno de esos pocos casos en que Hollywood y los distribuidores respetan una obra de autor de un mundo, el de la ciencia-ficción, de por sí minoritario. El guión funciona como un reloj a lo largo de una estructura en tres actos y tres géneros distintos (acción, thriller y finalmente fantasía), que se entrelazan perfectamente. Quien se acerque a ella con ganas de disfrutar de una cinta “de tiros” trepidante, la encontrará. Quien por otra parte busque intriga centrada en el desarrollo de los personajes y situaciones de tensión creciente, también tendrá su recompensa. Lo mismo el espectador que quiera verse afectado ante planteamientos y escenas inquietantes. Más aún, el guión de ‘Looper’ cuenta algunas de las secuencias y giros más impactantes de los últimos años. Una de ellas, casi al inicio, es sencillamente acojonante, y daría para todo un capítulo de ‘The Twilight Zone’.
Las interpretaciones son más que correctas, destacando un motivado e inspirado Joseph Gordon-Levitt, cuyo mimetismo con el Bruce Willis actor es sensacional (más allá del discutible maquillaje). Este tipo tiene alma de protagonista, y si sigue escogiendo bien llegará a ser una estrella. Llama la atención asimismo Noah Segan como incansable pistolero antagonista, en un papel secundario pero importante. Su personaje es el mejor ejemplo de una de las grandes virtudes de Johnson, aparente ya en su ópera prima ‘Brick’: dota de personalidades y facetas interesantes a todos sus personajes, sean los buenos o los malos de la función.
También sorprende, sobre todo por su corta edad, la veracidad y el ímpetu con el que Pierce Gagnon interpreta a Cid, el niño de la película, quien en ciertos momentos hace sombra al propio Gordon-Levitt. Bruce Willis no ofrece su trabajo más inspirado, y aunque aguanta el tipo, su carisma queda un tanto aplacado por una actuación a ratos demasiado comedida y sombría.
Pero sin duda, si algo brilla con luz propia es la excelente labor de dirección de Rian Johnson. El film puede gustar más o menos, pero es sin duda una obra de autor al 100%. Johnson aplica en el film su personalísima forma de narrar a través de imágenes y escenas memorables. Suya es la responsabilidad de que Looper, ante todo, tenga alma propia. Y en definitiva, como he dicho al inicio, eso es mucho pedir en los tiempos que corren.