Basada en la Novela de James Patterson. El joven detective Alex Cross se enfrentará a un sádico criminal que asesina por dinero, pero también por placer.
Que alguien se atreviera a encarnar a Alex Cross después de Morgan Freeman, era el principal reclamo de ‘En la mente del Asesino’ (ridículo título para el original ‘Alex Cross’). Pese a su escasa calidad ‘El Coleccionista de Amantes’ y ‘La hora de la araña’, contaron con la presencia de un Freeman capaz de convertir cualquier producto, por mediocre que fuera, en digno.
Ahora Alex Cross tiene la cara de Tyler Perry, que debe de estar pensando en qué locas razones le llevaron a intentar cambiar de registro. Significativo es que ni siquiera aparezca en el póster en castellano, dada su condición de estrella local en USA, gracias a una Serie de Comedias de bastante impacto en taquilla.
‘En la mente del asesino’, es de esos productos que no funcionan desde el principio. Quizás sea por el escaso talento de su dúo interpretativo (reconociendo, eso sí, la extraordinaria transformación física del hipervitaminado Matthew Fox, perdido desde que salió de la Isla), o la permanente sensación de déjà vu que acompaña cada segundo de metraje.
Todo nos suena en la película de Rob Cohen. Cierto es que el Director lo intenta, dejando un par de escenas para el recuerdo, y huyendo –por suerte para todos- de la hipertrofia visual que suele caracterizar el cine de acción/ thriller actual.
Pero esa contención deviene en dejadez, dando un aire de telefilm de sobremesa al conjunto, que en absoluto le favorece.
Cohen se queda muy corto en sus planteamientos y muy cómodo tirando de clichés como para que ‘En la mente del asesino’ llegue siquiera a aprobar, confirmándose como una de las peores intrigas del año.
La sombra de Freeman es alargada… sobre todo cuando nadie se esfuerza por evitarlo.
Lo mejor: La encomiable transformación física de Matthew Fox.
Lo peor: Tyler Perry, y la sonrojante adicción al cliché de la cinta.