Tras un naufragio en medio del océano Pacífico, el joven hindú Pi, hijo de un guarda de zoo que viajaba de la India a Canadá, se encuentra en un bote salvavidas con un único superviviente, un tigre de bengala con quien labrará una emocionante, increíble e inesperada relación.
Es inevitable que a ‘La Vida de Pi’ le pongamos calificativos del tipo «preciosa», «espectacular» pues su desbordada imaginación juega muy a favor del film… pero yo no se los voy a poner aunque sean muy ciertos. Puede que el problema sea mío, que no vea en Ang Lee lo que todos me quieren hacer ver (No le coloco, ni mucho menos, en primera línea de los mejores realizadores de la actualidad). También puede que la preciosidad de las imágenes impida ver que todo es una mezcla de ‘Naufrago’ y ‘Slumdog Millionaire’ sin el aplomo narrativo de Zemeckis, ni la magia de la historia de Boyle. Y es malo cuando uno empieza a comparar, pues no se suele salir ganando.
En el fondo no logro comprender lo que Lee me quiere mostrar con el film (el mensaje final o es muy abstracto o es muy simple vaya, que no lo sé) pues me da la sensación de que toca varios temas existenciales (otra vez la religión, pero sin ningún tipo de sentido) de manera superflua para que su mensaje final se derrame por la borda del bote.
Y no vamos a dudar, ni por un minuto del carisma del tigre y sus mil andanzas en alta mar, pero más dudosa es la colaboración de un reparto que no le da muchas vueltas a sus personajes y que, si lo intenta, no me llega en ningún momento. Pero para nada quiero decir que ‘La Vida de Pi’ sea una mala película, simplemente me parece muy sobrevalorada. Bonita sí. Obra maestra, ni de lejos.
El pausado ritmo con el que Lee va desenvolviendo la trama tampoco ayuda a que el espectador termine por conectar con el pobre Pi más lejos de la escena en la que demuestra saberse todos los decimales del susodicho número. Quizás el mar nos impide ver el verdadero mensaje, como el bosque nos lo impedía ver en ‘El árbol de la vida’.
Lo Mejor: La desbordada imaginación visual.
Lo Peor: Que a ratos es soporífera.