Whip Whitaker, un experimentado piloto, consigue realizar un milagroso aterrizaje forzoso salvando a casi todos los pasajeros. Después del accidente, Whip se convierte en un héroe, pero según se va desarrollando la investigación, van surgiendo muchas preguntas sobre qué pasó exactamente durante el vuelo.
Tras sus flirteos con el Motion Capture, que le ha tenido ‘desaparecido’ diez años (‘Marte necesita madres’, casi se carga su carrera), Robert Zemeckis vuelve a rodar en imagen real, y lo hace de la mejor manera posible: con una película de impacto donde desplegar todo su talento narrativo.
‘El vuelo’ arranca de forma espectacular (toda la primera parte en el Avión debe figurar como Lección o importante Anexo en Escuelas de Cine), demostrando que sigue en plena forma, con un talento innato para emocionar al personal.
Después, la película da un giro inesperado, y lo que en principio pensábamos que sería un Drama con toques de acción, pasa a ser un monumento interpretativo de un actor como la copa de un pino.
Denzel Washington aprovecha el solvente Libreto de John Gatins y la vía libre del Director, para hacer de Whip Whitaker un personaje inolvidable, al que odiaremos y amaremos a partes iguales, y que nunca nos será indiferente.
Pese a la parada (obligada) tras semejante arranque, donde ‘El vuelo’, pierde algo de ritmo, los mil y un registros con los que Washington nos muestra el descenso a los Infiernos de Whip harán que nos revolvamos en la butaca, movidos por las mismas emociones que experimenta este hombre al límite.
Absorbente, original, provocativa y emocionante; la veracidad e incomodidad que destila por los cuatro costados hacen que ‘El vuelo’, reivindique el regreso de un Director de altura.
Sin embargo, no es oro todo lo que reluce. La poderosa presencia de Washington conlleva que la inmensa mayoría de los secundarios sobren (su partenaire femenina, por ejemplo), salvo el siempre genial John Goodman –que pone los pocos momentos cómicos de la película- y dos expertos robaplanos: Bruce Greenwood y Don Cheadle.
El final, igualmente, le quita lustre al producto, ya que Zemeckis decide guardar la ametralladora y darle un poco de redentor azúcar glas al destino final de tan complejo personaje, para que todo quede bonito.
Pero que nadie se alarme: aparte de las concesiones propias de una película que quiere agradar a crítica y público y darle un Oscar a su Estrella, y el hecho de que los Americanos adoran a los héroes, ‘El vuelo’ les pasará en un suspiro.
Cuando suban a un avión, querrán que el Piloto tenga la pericia al control de Whip Whitaker.
Lo mejor: Denzel Washington, dueño y señor de la función.
Lo peor: que Zemeckis eche el freno.