Hace cinco años, el mismo día en que su madre fue asesinada, las pequeñas Victoria y Lilly desaparecieron en el bosque. Buscadas incansablemente por su tío Lucas (Nikolaj Coster-Waldau) y su novia Annabel (Jessica Chastain), son halladas años más tarde. Comienzan entonces una nueva vida con Annabel, pero pronto descubren que alguien o algo las sigue arropando por las noches.
De la mano de Guillermo del Toro, que produce la cinta, Andrés Muschietti debuta en la dirección adaptando al Largometraje su propio Corto del mismo título, con resultados muy satisfactorios.
Lo primero y más importante: ‘Mamá’ no es un Thriller Psicológico con tintes de Terror al uso, y se aleja, por suerte, de la tónica general imperante en los últimos años.
Los territorios de la cinta no deambulan por vísceras y gore; tampoco por personajes básicamente gilipollas que van directos a la muerte en cuanto tienen oportunidad, haciendo preguntas de inteligencia probada como ‘¿Quién anda ahí?’, como si los ruidos aparecieran, de repente, solos.
Partiendo de un arranque sobrecogedor y espeluznante, la cinta de Muschietti aprovecha un Libreto por encima de la media del género y también el inagotable talento de Jessica Chastain (capaz de separar el grano de la paja y darlo todo en cada papel, por pequeño que sea), un cumplidor Nikolaj Coster- Waldau y, también, actores infantiles en estado de gracia.
Muschietti apunta maneras tras las cámaras, creando ambientes propicios para ponernos los pelos como escarpias y buscando enervar al público sugiriendo sin necesidad de contarlo todo a las primeras de cambio.
De imaginería visual propia y contundente (se nota aquí la presencia de Guillermo del Toro), e incluso momentos de cierta (y escalofriante) belleza, ‘Mamá’ gustará a todos aquellos que prefieran los buenos sustos frente a las carnicerías sin sentido de turgentes rubias tontas y adoradores del six-pack tan sobrados de músculo como faltos de neuronas.
Indudable que la cinta no es redonda, sobre todo por ciertos lugares comunes y tópicos vistos muchas veces (la manía que le ha entrado a todo el mundo de darle a todo el toque de fantasma asiático) , pero sí destacable por su sincero intento de poseer identidad propia, que consigue muy a menudo.
La deriva final del relato, donde se empiezan a ver más fallos que aciertos, convierte a ‘Mamá’ en una cinta notable que todo aficionado al género debe ver, pero no en la maravilla sin fisuras que podría haber sido.
Tal y como está el Panorama actual, esto es más que suficiente ¿no les parece?
Lo mejor: pone los pelos como escarpias, con estilo propio.
Lo peor: el último acto desluce el conjunto.
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