McClane hace años que no se habla con su hijo Jack así que decide ir a verle por sorpresa a Moscú… en el lugar equivocado y el momento más inoportuno. Pronto, McClane se verá envuelto en una encarnizada persecución con los peores secuaces rusos tras ellos y luchando contrarreloj para evitar una guerra, los dos McClane descubren que sus métodos opuestos para enfrentarse a las dificultades les pueden venir bien para aunar fuerzas y mantenerse vivos.
Ya está aquí la quinta entrega de las aventuras del policía neoyorquino John McClane, precedida de malísimas críticas en Estados Unidos y con la sensación de que se llega al final de la saga. Quizás, ‘La Jungla: Un Buen Día Para Morir’ sea como la relación de John McClane con su hijo, de amor-odio.
Pero empecemos por el principio, para ver esta quinta entrega hay que dejar las neuronas a un lado. Si te pones a pensar en cada uno de los agujeros que el despropósito de guión que Skip Woods ha preparado estás completamente perdido. No ayuda, en nada, que John Moore se crea Paul Greengrass con la cámara en mano.
Durante los primeros quince minutos tuve ganas de meterle una colleja y decirle «¿Quieres dejar la maldita cámara en plano fijo?, ¿No ves que estás mareando al personal y no nos enteramos de nada?«. ¿Por qué tienes que poner esa sensación de que «está pasando algo» en una conversación normal de inicio? ¡Tranquilízate!
Cada plano de ‘Jungla de Cristal’ y ‘Jungla de Cristal: La Venganza’ que rodó en su momento McTiernan tiene muchísima más preparación que cualquiera de ésta. Moore debería haber revisionado la saga y haber cogido un par de ideas, no me basta con un par de momentos homenaje. Me llamó mucho, pero muchísimo, la atención que los planos finales de la cinta distasen mucho de lo ofrecido en el tráiler.
En lo que sí acierta Moore es a la hora de componer las enrevesadas escenas de acción. El más difícil todavía, pero con la gracia de ‘Jungla de Cristal’. Vemos una persecución donde, otra vez, McClane decide conducir como le viene en gana, le vemos jugarse el tipo con una tanqueta (a estas alturas de su vida le sobra chulería) y le vemos rodeado de cristales. Ahí es donde funciona verdaderamente ‘Jungla de Cristal 5’.
Seamos sinceros, estamos en una quinta entrega de una saga, es imposible que un personaje como McClane nos sorprenda ya casi con nada. En esta queda pelín relegado a segundo plano por su hijo. Willis queda un poco eclipsado, como si estuviese «con el piloto automático», pero al menos me creo a Jai Courtney como su hijo (creo que capta bien la esencia de su personaje) y el villano me convence más que el Timothy Olyphant de ‘La Jungla 4.0’.
¿Es la peor película de la saga? El tiempo (y los revisionados) la colocarán en su lugar, pero tiene muchas razones para serlo, muchas razones para ser odiada y denostada por los fans y tiene toda la pinta de que deja tocada de muerte a la saga que catapultase a Bruce Willis al éxito, pero yo salí del cine con la sensación de no haber sido estafado. A ratos mejor que la segunda entrega, a ratos destroza la saga. A estas alturas no buscaba nada más de una cinta como ‘Jungla de Cristal’. Quería reencontrarme con un viejo amigo, quería reencontrarme con John, y el reencuentro ha sido a medias, pero me ha valido.
¿Puede haber una sexta entrega? Si los productores malnacidos de Hollywood lo consideran la habrá (al igual que si Willis se empeña) y si funciona en taquilla. ¿Debe? La única condición que puede funcionar es que John McTiernan (y como sustituto solo me valdría Shane Black) vuelva a la saga y le deje ver a John Moore como se rueda una maldita película de acción.
Lo Mejor: los momentos puramente ‘Jungla de Cristal’ (humor socarrón, los cristales…)
Lo Peor: que deja tocada de muerte a la saga.