Tras su último trabajo, Jimmy Bobo, un implacable asesino a sueldo de Nueva Orleáns, sufre un ataque inesperado por parte de Keegan, una imparable máquina de matar que ejecuta sin contemplaciones a su compañero. Dispuesto a vengarse, Jimmy se ve obligado a colaborar con Taylor Kwon, un detective de la policía poco partidario de los métodos expeditivos. Sin embargo, pronto descubrirá que Jimmy es el arma más eficaz para acabar con una peligrosa organización que ha corrompido a la policía y a las altas esferas de una ciudad devastada por el huracán Katrina.
Súbanse a mi Delorean y viajen a un tiempo pasado que, como dice la canción, casi siempre fue mejor. No hace falta viajar mucho tiempo atrás, solo hasta los años 80, cuando los héroes de acción soltaban chascarrillos graciosos y nadie podía hacerles frente. Ahí era donde reinaban los Stallone, Willis, Van Damme y compañía. Y mientras Schwarzenegger acepta parodiarse así mismo en ‘El Último Desafío’ y Willis no sabe muy bien hacia donde debe encaminar su saga sobre McClane, surge Stallone por encima de todos ellos para marcarse un producto puramente ochentero de la mano de Walter Hill.
Y servidor, que pensaba que Stallone se había perdido en un mar de efectos especiales y sangre artificial (su saga ‘Los Mercenarios’ no pasa de colegueo y coñas), tiene que rendirse ante el (tal vez) único de los cachas que nos entrega una película de puro disfrute.
Así, en 90 minutos de película, con las neuronas en otra parte y tomándose en serio a sí misma (coñitas las justas) disfrutamos de la vuelta al cine de acción de verdad. Los duros son muy duros, la venganza es justa en este tipo de films. No quiero dobles lecturas, no quiero efectos especiales desmesurados… quiero TESTOSTERONA a raudales en una batalla final con hachas y Jason Momoa.
Solo un tipo como Walter Hill (‘El Último Hombre’) es capaz de devolver al género a una de sus estrellas por la puerta grande. Stallone disfruta de su trabajo, Momoa siente respeto por quien tiene delante y hasta recuperamos a Christian Slater (otrora chico prometedor) como villano encubierto.
Tomad nota actioners de la actualidad. Esto es el cine de acción puro.
Lo Mejor: Esa sensación de volver al cine de acción de los 80.
Lo Peor: No haber retocado un poquitín más el guión para lograr una cinta antológica.