Un virus desconocido ha convertido a la mayor parte de la población del planeta en zombis, seres cuya única obsesión radica en comer carne humana. R es un muerto viviente que deambula por la ciudad, buscando comida fresca. De repente, se topa con una atractiva chica, Julie, a la que salva (sin saber por qué) de otro grupo de zombis. R empieza a recuperar facultades humanas a medida que se va enamorando de Julie hasta que el padre de la chica, líder de la resistencia, se interpone en su camino.
El Director Jonathan Levine parte de la Novela de Isaac Marion para articular una amable Comedia romántica que narra la relación entre un Zombie y una joven líder hija del Capitoste de la resistencia (John Malkovich, que incluso a piñón fijo sigue siendo grande).
Lo mejor de ‘Memorias de un Zombie adolescente’ (horrible título, por cierto, para el Warm Bodies original) llega desde tres frentes: el excelente trabajo de fotografía del español Javier Aguirresarobe, su falta de pretensiones y el hecho de repasar, mofarse y desmontar todos los topicazos de dos géneros que, a día de hoy, nos saturan: Comedia y Zombis.
No hay un solo lugar común de ambos que Levine no repase en apenas cien minutos, generalmente con mucho acierto (la parte de hazte pasar por un Zombie, por ejemplo), tirando de sarcasmo, irreverencia e inventiva; regalándonos tres o cuatro momentos muy inspirados.
Sin pretender ser lo que no es (no estamos ante un intento de zombificar la terrible ‘Saga Crepúsculo’), la cinta busca ese último aliento de Humanidad, poniéndose en la piel del que come cerebros porque no puede evitarlo mientras los Humanos intentan (re) matarle de todas las formas posibles sin preguntarse una sola vez por qué lo hacen.
En el amor encontrará la única manera de volver a ser Humano.
Se agradece algo de optimismo, por fin, en el rollo Zombie, que ha llegado a descarrilar de tal forma que a nadie le parece raro que estos siniestros personajes cohabiten perfectamente con Jane Austen, se crucen con Superhéroes de la factoría Marvel o un sinfín de propuestas que rizan el rizo; cajón de sastre donde cada vez es más difícil encontrar un producto interesante.
‘Memorias de un Zombie adolescente’ calienta motores, revelándose como la película idónea para abrir boca ante el aluvión de estrenos con mayúsculas que llegarán durante el verano.
Que nadie les coma la cabeza. El entretenimiento está asegurado.
Lo mejor: que consigue hacer algo diferente.
Lo peor: es probable que la olviden pasados un par de días.