R, un zombi con problemas existenciales, entabla una extraña amistad con la novia de una de sus víctimas. Esta insólita relación provoca una reacción en cadena que cambia su vida, la de otros zombis y probablemente la de todo el planeta.
Me han entrado ganas de ponerle una querella a los productores, no me pueden hacer esto (y estoy muy convencido de que a más gente le ha sucedido). Una persona cualquiera que vea el tráiler (motivo de promoción de la película) espera una comedia gamberra con puntazos divertidos y un guión original, no la enésima versión «acrepusculada» del argumento chico conoce a chica cuyo amor es imposible. Mal. Es más: FATAL puesto que no tiene nada que ver con esto.
Los cuatro golpes de humor que hay en la película son los que aparecen en el tráiler, el resto es ‘Crepúsculo’ pero cambiamos a un vampiro que luce a la luz del día por un zombie. Un argumento así no se puede tomar en serio nunca, no puedes intentar llevar a terreno normal algo así. Quizás mi problema sea no haber leído la novela original (la película es la adaptación de la novela de Isaac Marion). El resultado es una película sin alma, carente de cualquier tensión. Por si fuese poco han tuneado el título original «Cuerpos calientes» por un sucedáneo que también implica componente cómico.
El resultado es tan insatisfactorio que haría que George A. Romero se abofetease a guantazos a los productores e involucrados. No me volváis a vender algo así. Tras la interesante 50/50, me esperaba mucho más de Jonathan Levine. A ratos, un insulto al cine de terror.
Lo Mejor: el tráiler.
Lo Peor: que no tiene nada que ver con el tráiler.