El multimillonario Tony Stark/Iron Man ha aceptado la responsabilidad de llevar la armadura de superhéroe sobre sus hombros, con la ayuda de James Rhodes (War machine) y su fiel asistente, Pepper Pots. Sin embargo, un temible enemigo, llamado el Mandarín, jefe de los Diez Anillos, quiere apropiarse del exoesqueleto del héroe acorazado a toda costa. El despiadado terrorista inicia su particular guerra contra Iron Man y todo lo que verdaderamente le importa al hombre de acero está en peligro.
Cuando Bryan Singer decidió sacar del arroyo a la factoría Marvel y, por fin, hacer una película de calidad (en este caso la estupenda ‘X-Men’), puso de manifiesto que la cosa, en el terreno cinematográfico, iría por otro lado, sobre todo con el lapidario diálogo entre Lobezno y Cíclope hacia el final de la película: ¿ y vais con esto?… ¿qué prefieres, licra amarilla?.
A partir de ahí, con mayor o menor fortuna, el cine de Superhéroes ha vivido una segunda juventud, donde los tipejos envueltos en telas de colores y con los calzones por fuera fueron adquiriendo gravedad, hasta desembocar en la Saga de ‘El Caballero Oscuro’ de Christopher Nolan, copiada hasta la saciedad y (a partes iguales), tan maravillosa para el Cine como perjudicial para los Superhéroes.
Tras el patinazo que supuso ‘Iron Man 2’, y la maravillosa ‘Los Vengadores’, Shane Black coge el timón de los destinos de Tony Stark, alumbrando en ‘Iron Man 3’, la primera película de Superhéroes que se aleja diametralmente del fenómeno Nolan, buscando la esencia del personaje sin perder un ápice de encanto.
Estamos ante una Comedia de acción y, como tal, Black aprovecha al máximo los ingeniosos chascarrillos del Libreto que el mismo firma junto a Drew Pearce, que combina como buen orfebre del celuloide con frenéticas escenas donde disfrutaremos como locos.
Además, con tremendo acierto, aprovecha al máximo el carisma de Robert Downey Jr. (amo y señor de la función) y deja que Tony, el Icono, tire de ingenio sin su todopoderosa armadura para deshacer el tremendo lío que organiza El Mandarín (atentos al giro de la trama, para muchos será un sacrilegio, pero gracias a el podremos presenciar a un descacharrante Ben Kingsley tirando de oficio).
Divertida, ingeniosa y conscientemente autoparódica, ‘Iron Man 3’ renueva los bríos de la franquicia, demostrando que se puede hacer una gran película sin necesidad de eternos tonos grises, impostada gravedad y traumas por todas partes.
Así, que Tony vuelva cuando quiera. No hay por qué esperar a 2015 ¿verdad?
Lo mejor: se siente orgullosa de ser como es.
Lo peor: algún personaje poco trabajado y el maltrato al icónico Mandarín del Noveno Arte.