En la cima de su carrera como director, Alfred Hitchcock decide filmar una película de terror aparentemente de baja categoría. Ningún estudio apoya el proyecto, así que Hitchcock decide financiarlo él mismo y rodarla con un equipo barato de TV. El resultado fue un fenómeno internacional y una de las películas más famosas e influyentes de la historia.
Al terminar los títulos de crédito de esta película puedes quedarte pensando, tras dejar pasar un rato y hacerte una pregunta: ¿De qué trata realmente el argumento? ¿De Hitchcock, de su mujer o de ‘Psicosis’?.
Con un guión basado en el libro de Stephen Rebello, “Alfred Hitchcock and the Making of Psycho”, bajo la opinión de quien les escribe el filme no habla de cómo se hizo Psicosis aunque aporta algunos datos curiosos sobre la grabación de la misma y su escena más famosa: aquella de la ducha donde en un tiempo aproximado de 3 minutos muere Marion, mientras escuchamos de fondo la música creada por Bernard Hermann. Realmente pasa de puntillas por el «Making of».
Realmente no importa ‘Psicosis’ (es una excusa), la ducha ni la película, aunque el título del Cartel sea el nombre del afamado director. La película nos muestra al maestro del suspense como a una persona egoísta, ególatra y obsesionado por las mujeres algo que proyecta en las actrices de sus películas y como no le gusta, deja entrever que en cierto modo, las asesina en la ficción.
Bien es cierto que el director tuvo una personalidad diferente pero algunos rasgos de la misma se subrayan hasta lo exagerado. Todo para dar relevancia a Alma Reville (la esposa del director, a la que conoce en 1926 y con la que trabaja en sus películas) para que ésta pase a ser el personaje principal.
Para mi gusto el film, de forma exagerada, toma base sobre una sola idea, una de las frases más repetidas (en la literatura, en el Arte y en el Cine): “Todo buen hombre tiene detrás una gran mujer”. Bajo esta idea giran los 98 minutos y realmente es cierto que Alma tuvo mucha importancia en la vida de Hichcock pero llegado un punto llegas a pensar que lo que nos cuenta un libro de Historia del Cine, es mentira y que tiene que ser su mujer quien realice el montaje final porque no era capaz de llegar a dar vida al celuloide o de dar vida a lo que como dice el mismo estaba muerto.
Al final el hacer que todo gire sobre esta es misma idea, lleva a dejarnos ver una película superficial, que no llega a tratar nada a fondo y cuando aparecen los títulos de crédito, no sabes si ha terminado o hay más. Si realmente se pretendía hablar de la personalidad de Alma Reville. Tampoco llegamos a saber al final mucho de ella, sólo que le importa mucho la piscina, realmente al final tampoco nos deja más curiosidad sobre la esposa de Hichcock.
Llama la atención el maquillaje y la caracterización de Anthony Hopkins para conseguir ver esa silueta tan característica. Pero aún así le falta algo, esa expresión y mirada de Hopkins, aportan mucha más severidad. Pero sí que es cierto que se acerca mucho.
Lo mejor: la caracterización de Hopkins y de los personajes en general.
Lo peor: todo el filme se basa en una sola idea, y es superficial.
Colaboración de Desirée Díaz.