El talento no se puede ocultar, a pesar de que incluso quieras destruirlo. Y Robert Downey Jr es el vivo ejemplo de eso mismo. ¿Cuántas veces hemos oído que volvía a la sala de cine tras recuperarse de sus adicciones? Demasiadas. Pero siempre volvía. Siempre. Quizás la razón sea que nadie tiene más carisma que él en pantalla.
Neoyorquino de nacimiento (de la misma Manhattan), de padre y madre también actores aprendió desde bien pequeñito las consecuencias de las drogas, pero no lo aplicó consigo mismo. Su padre, adicto a las drogas, le permitiría a Downey usar marihuana a los seis años escasos. «Cuando mi padre y yo tomábamos medicamentos juntos, era como él tratando de expresar su amor por mí de la única manera que sabía cómo hacerlo«. A eso se le sumaron sus problemas con el alcohol parecía un jovencito abocado al desastre. Pero tenía un talento desmesurado.
Desde pequeñito realizó papeles en las funciones de teatro de su padre e hizo su debut con cinco años. Con 17 años decide dejar la secundaria y volver a Nueva York para iniciar su carrera como actor. Los comienzos fueron duros (camarero, trabajar en un almacén de zapatos, pequeñas producciones de teatro…) pero terminaron dando sus frutos. Realizó 18 episodios en el Saturday Night Live. Poco a poco fue ganando la relevancia que quería.
En los 90 ya era considerado como un chico prodigio (incluido dentro de lo que se conoció como el Brat Pack). No tardaría en ser nominado al Oscar por su encarnación como el gran cómico Charlie Chaplin en ‘Chaplin’. Pero ese año lo ganaba Al Pacino por ‘Esencia de Mujer’.
Acto seguido acumula proyectos que pasaran a la posteridad como ‘Asesinos Natos’, ‘Jóvenes prodigiosos’, ‘Heart and Souls’, o ‘Ricardo III’. Podemos decir que 1997 fue su último gran año antes de que se consumiera definitivamente por las drogas y el alcohol. En ese año rodaba ‘Dentro de mis sueños’, ‘U.S. Marshals’ (secuela de ‘El Fugitivo’), ‘The Gingerbread Man’ de Altman y ‘Un tío para dos’.
Hasta 2001 no volveríamos a saber de él. En horario de máxima audiencia realizaría su vuelta por la puerta grande como el gran amor de ‘Ally McBeal’. Este personaje le valió un Globo de Oro. Pero sus problemas con la justicia precipitaron su salida de la serie. Al menos también se dejó ver en ‘Gothika’ o ‘El detective cantante’.
La recuperación total llega de la mano de Shane Black con la excepcional ‘Kiss Kiss Bang Bang’. La forma actual de interpretar de Downey Jr se basa principalmente en como Black le maneja a lo largo de la sensacional película. Acto seguido Clooney le llama para ‘Buenas noches y Buena Suerte’.
Pero el verdadero éxito le llegó en 2006. Dicen que los productores querían a Tom Cruise y nos quedaremos con ganas de saber que habría hecho Cruise con este papel, pero Tony Stark parece un traje a la medida de Downey Jr. Comienza el festival, es la hora de ‘Iron Man’.
La película trajo sus dudas, pues ponerle en primera fila de un proyecto así hacía morderse las uñas a los estudios. La taquilla respondió con un sonoro aplauso y Downey Jr se encontró en la cima del éxito. Y de ahí no ha salido.
Ha sido Tony Stark en dos secuelas más (además de ‘Los Vengadores’). Es su franquicia estrella. Pero ojo, su gran momento no termina con Stark. Sherlock Holmes, el mejor detective de todos los tiempos renació de su mano y de la de Guy Ritchie. Le ha interpretado en dos taquilleros films y al parecer queda una tercera entrega.
Entre tanto taquillazo ha tenido la oportunidad de ganar un nuevo Oscar. Era muy complicado, pero su actuación en ‘Tropic Thunder’ merecía ese reconocimiento. Era «el tío disfrazado de otro tío haciendo de otro tío». Memorable, pero era el año de Ledger y su Joker.
Dicen que se ha cansado de Stark, que a Sherlock solo lo veremos una vez más… da igual. Robert parece recuperado y está en la cima del mundo. Es tan bueno que lo único que le puede caer es un Oscar con el paso del tiempo. Y más que merecido.
Como último aporte os dejo con el vídeo de la canción de Elton John «I Want Love» que protagonizó en 2001. Describe su situación en aquel momento.