Desde su último golpe a un peligroso mafioso, Dom y Brian son hombres ricos, aunque viven como prófugos de la justicia lejos de los Estados Unidos. Mientras el incansable y obsesivo agente del FBI, Luke Hobbs, sigue, sin éxito, la pista de una banda de conductores mercenarios muy peligrosos que tiene en jaque a las fuerzas policiales de doce países. Sin embargo, se le ocurre una propuesta, a priori descabellada: reclutar a la banda de Dom y Brian para atraparlos a cambio del esperado indulto.
Primero, las ventajas: desde que Justin Lin cogió esta Saga, ha sabido convertirla en más que la historia de unos cuantos flipadillos amantes del tunning y las Carreras de coches, internacionalizándose y convirtiendo al variopinto grupito en una especie de Comando de élite, pero con sus propias reglas basadas, sobre todo, en los lazos familiares y la lealtad.
‘Fast & Furious 6’ sigue la estela de la quinta (y mejor) entrega, buscando la espectacularidad como lema y dando a cada personaje su momento de gloria física. El entramado dramático es muy justito, pero no podemos pedir peras al olmo a una cinta de acción diseñada para saltar la taquilla y que cada entrega sea más espectacular que la anterior.
Y ahora, los inconvenientes: por muy estupendas que sean las secuencias de acción (que valen de sobra el precio de la entrada), lo cierto es que Lin ha puesto tanta carne en el asador, intentando rizar el rizo y sorprendernos, que en ocasiones la grandilocuencia de lo que vemos resulta ridícula fuera del Universo James Bond y parodias varias.
Voladura de puentes, persecuciones imposibles, combates cuerpo a cuerpo que ya los quisiera un Ninja; final (demasiado) apoteósico donde, además, se adivina a kilómetros qué va a pasar…
Tampoco ayudan las excesivas dosis de humor por parte de Ludacris y Tyrese Gibson, ni los forzados intentos de todo el elenco por ponerse romántico y ñoño con tan pocos registros dramáticos (salvo Dwayne Johnson, el tío con más carisma del Star System actual).
Pero, al final, las dos horas largas de metraje pasan en un suspiro, y los fans del género se darán, seguro, por satisfechos. La séptima entrega ya está firmada (que nadie se pierda la prometedora escena final) y tendremos velocidad, acción, cochazos y cuerpazos para rato.
A todo gas… ¡ya te digo!
Lo mejor: Justin Lin se saca algunas escenas de acción realmente apabullantes.
Lo peor: los momentos ñoños, metidos con calzador.