Simon trabaja en una conocida casa de subastas de obras de arte. Debido a sus cuantiosas deudas con el juego, se alía con una banda de ladrones para hacerse con una incalculable pieza de arte. Sin embargo, durante el atraco, sufre un golpe en la cabeza que le produce una severa amnesia, por lo que no consigue recordar donde ha escondido la obra. Después de sufrir todo tipo de amenazas y torturas físicas, sin resultado, una terapeuta le somete a sesiones de hipnosis para obtener respuestas.
Pues sí, Danny Boyle lo ha vuelto a hacer.
Alejado del tipo de película para que te den un Oscar (léase ‘Slumdog Millionaire’), Boyle vuelve a traernos una obra donde cada minuto de metraje destila sus señas de identidad.
Este thriller de atracos comienza de una forma y, como no podía ser de otro modo, en breve nos damos cuenta de que terminará como el Director quiera que termine.
La acción da paso al suspense, los trucos mentales y un viaje alucinante al fondo de la mente; Boyle coge un noir de Manual y le da tantas vueltas de tuerca como su incombustible genio le permite.
Cuenta, además, con un trío protagonista de altura: James McAvoy (actor todoterreno donde los haya), Vincent Cassel y, sobre todo, Rosario Dawson, dueña y señora de la función.
La actriz clava su personaje, dotándole de una presencia electrizante que ensalza su ya de por sí apabullante presencia física, convirtiéndola en la mujer fatal más convincente del siglo XXI.
Pero solo hay una forma de disfrutar la cinta de Boyle: rindiéndose ante la diversión e inteligencia, sin buscar reflexiones profundas. Si así lo hacemos, cualquier espectador avezado notará unas cuantas grietas en el Libreto que, por otro lado, para nada desmerecen los sólidos cimientos sobre los que se asienta ‘Trance’.
Es un gustazo ver cómo Boyle, de nuevo, coge la típica cinta de atraco perfecto y la convierte en otra cosa (como lo fueron ‘Trainspotting’ o ’28 días después’), tirando del caché del artesano capaz de coger un género y hacer con él lo que le da la gana.
Y salir bien parado.
Danny Boyle, sin paliativos, marca registrada.
Lo mejor: Rosario Dawson.
Lo peor: a veces gira tanto sobre sí misma que se le ven las costuras.
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