Años después de su divorcio, el veterano novelista Bill Borgens (Greg Kinnear) sigue obsesionado con Erica (Jennifer Connelly), la mujer que lo abandonó por otro hombre. A pesar de los esfuerzos de su vecina Tricia (Kristen Bell), él sólo tiene ojos para Erica. Cuando Bill descubre que su hija Samantha (Lily Collins) acaba de publicar su primera novela, se da cuenta de que él hace tiempo que no escribe. Al mismo tiempo, su hijo Rusty (Nat Wolff) intenta también encontrar su camino como escritor de ficción.
Una pena.
Una pena tener un montón de actores en estado de gracia (con Lily Collins y Jennifer Connelly a la cabeza), un Libreto afilado con ciertas dosis de mala uva y unos personajes atrayentes para, al final, dejarse todo a medias.
‘Un invierno en la playa’, es una Dramedia que explora los entresijos de una disfuncional familia de genios: el escritor de éxito que lleva tiempo absorto, la hija escritora, la amante, el hijo (también escritor) lleno de problemas, y la ex mujer que salió de allí escopetada para mecerse en los brazos de otro hombre.
La cinta de Josh Boone tiene todos los ingredientes para soltar palos por todos lados y, por fin, reivindicar que el caos tampoco es tan malo, pues en toda genialidad que se precie siempre hay momentos donde todo está patas arriba.
Sin embargo ¿qué hace?: todo lo que se espera del Cine de familias piradas made in Usa, que no ha cambiado casi nada en 30 años.
Por mucho que las cosas se vayan de madre, al final la familia que mola es la tradicional, con sus valores tradicionales y sus redenciones al por mayor que no permiten a las ovejas abandonar el rebaño, por mucho que a veces decidan perderse y buscar otros pastos.
En un desperdicio con muchos precedentes, Josh Boone tira por tierra oro y deja su película en un producto correcto y también disfrutable, pero a años luz del material que podría haber sido a poco que un valiente decida poner los puntos sobre las íes.
‘Un invierno en la playa’= familia bien+ miembros tronados+ enredos+problemillas/(perdón+ redención).
¿Alguien se atreverá a reformular?
Lo mejor: los actores.
Lo peor: la moraleja es siempre la misma.
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