James Franco y sus amigos organizan una fiesta para celebrar que se va a producir el proclamado fin del mundo Maya. Pero, ¿quién iba a imaginar que realmente llegaba el Apocalipsis? Cuando toda la realidad llega a su ocaso, descubren que se lo pasan bien juntos, sin embargo no aguantan estar encerrados unos con otros. La falta de alimentos les obliga a salir a buscarse la vida, momento en el que aprenderán el significado de la palabra «amistad» y un sentido más profundo del compañerismo.
El debut como Directores de Seth Rogen y Evan Goldberg (que también firman el Libreto) no podía ser más refrescante.
‘Juerga hasta el fin’ llega en el momento más adecuado, mofándose de todas las películas apocalípticas que nos han llegado en los últimos años y, además, parodiando la díscola vida de las estrellas de Hollywood, las carreras de todos los participantes del sarao y la propia Industria cinematográfica actual.
Un reparto en estado de gracia que derrocha química y explota su vis cómica, excepcionales cameos (atentos a Emma Watson, cada vez más actriz desde que abandonó Hogwarts, y al siempre bienvenido Michael Cera) y un sinfín de hilarantes situaciones repletas de impagables momentos, convierten a esta demencial fiesta en la mejor Comedia del año.
Cierto es que el humor no destaca por su inteligencia (no hay lugar para sesudas situaciones. Goldberg y Rogen van directos al grano y quieren que se nos desencaje la mandíbula vía risa facilona) y que, aprovechando el desmadre que supone que el Mundo se vaya al carajo, a menudo se pasan de vueltas.
Cabe todo: ironía, acción, zombis, alienígenas, tensión sexual, tonterías adolescentes de una panda de Peter Pans que peinan canas, vulgaridad a manos llenas… bien agitado, presentado y aderezado para que al concluir la proyección lloremos de risa.
Además, es de esas raras veces que la atracción va de menos a más, y cuando toca a su fin queremos prolongar la juerga y tirar de after hours.
El fin del mundo ha llegado… ¡pues que siga la fiesta!
Lo mejor: los actores, cien por cien implicados en la juerga.
Lo peor: algunas situaciones se pasan de extravagantes.
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