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‘Dolor y dinero’: botarates hipervitaminados y mineralizados

Dolor y dinero (Pain and Gain)

Daniel, Paul y Adrian son entrenadores de culturismo con cierto historial delictivo. Hasta ahora, no han pasado de trapicheos de poca monta como la venta de esteroides, pero tienen ganas de conseguir más dinero. Para ello, deciden secuestrar a un empresario y pedir un cuantioso rescate, con tan mala suerte que la víctima resulta herida y sus raptores le dan por muerto. Mientras se recupera de lo sucedido, el empresario contrata a un detective para localizar a los tres delincuentes y vengarse.

Por fin nuestro querido Director de Reportajes y Videoclips, que con mucha suerte ha triunfado en el Cine convirtiendo cada una de sus películas en una oda al ejército de Estados Unidos, ha decidido reducir un par de marchas, buscar una historia que contar (aunque parezca increíble, REAL) y centrarse, en pos de la redención, o que le tomen un poco en serio.

Ha pasado mucho tiempo desde el primer acto de ‘La Isla’, la última película en la que Michael Bay se comportó como un Director de Cine.

En ‘Dolor y dinero’, vuelve a intentarlo, guardando un as en la manga: la enorme suerte de contar con tres actores enchufados y mayúsculos (Mark Walhberg, Dwayne Johnson y Anthony Mackie), que se creen toda la historia y hacen suya la patética estupidez de sus personajes, unos pobres botarates hundidos en el fondo del sueño americano, que deciden salir a flote de la peor (y más absurda) manera posible.

Principales y secundarios, todos los actores brillan con luz propia, llegando donde Bay es incapaz de llegar (una cosa es que abandone la fijación de ‘Transformers’ y otra que de repente se haya convertido en un narrador solvente) por sí mismo. Donde el libreto no da para más y el Director tampoco, está el carisma de Dwayne Johnson y Mark Walhberg o la siempre bienvenida presencia del gran Ed Harris.

Así y todo, en ‘Dolor y dinero’, se  desaprovecha el potencial dramático de todos los esperpénticos acontecimientos que presenciamos. Si el Director de ‘La Isla’, hubiera tomado el camino de la contención visual, recortado el metraje (le sobra media hora) y puesto un poco más de ahínco en describir a los personajes, buscando meter el dedo en la llaga, la película ganaría enteros, pasando de Comedia negra con buenos momentos, a producto memorable.

Redención a medias para Michael Bay.

Visto el camino que llevaba , no es poco.

Lo mejor: el trío protagonista, memorable.

Lo peor: Bay es incapaz de sacarle todo el jugo a una historia donde la realidad supera con creces a la ficción.

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