En el año 2159, la Tierra se ha sido convertida en un enorme vertedero, en ruinas, donde la superpoblación, la escasez de recursos naturales y el hambre son las grandes lacras. Los afortunados, aquellos que detentan el poder económico, han conseguido huir del planeta y fundar una estación espacial idílica, Elysium, donde gozan de todas las comodidades y lujos. Una compleja y casi imposible misión es encomendada a Max: acceder a Elysium y romper la barrera infranqueable entre los dos mundos.
La primera vez que leí el argumento de ‘Elysium’ me llamó la atención su reparto con personajes como Matt Damon y Jodie Foster creyendo que el director de ‘District 9’ ahora que ya había demostrado su valía trabajando con actores desconocidos, haría una película que iba más allá. Tenía todos los elementos necesarios para ello: un argumento con sentido, un buen reparto y era dirigida por alguien que sabe hacer efectos especiales. Después de terminar de verla y aunque siempre he dicho que ‘District 9’ no se encuentra entre las películas que tengo en casa, en esa ocasión el director demostró como hacer una película fuera de tópicos y clichés propios del cine de Ciencia-Ficción, algo de lo que se ha olvidado en ‘Elysium’.
No hace falta dar nombres y permitirme el generalizar. A todos los protagonistas les falta algo, no llegan más allá ni en sus relaciones con el resto de personajes ni en la propia historia que están desarrollando, Cuando desaparecen, lo hacen sin más, sin dejar huella. Durante el visionado uno de los personajes que pensé que iba a dar más juego es Kruger (Sharlto Copley), especialmente en la pelea final con Max de Costa (Damon) pero después de muchos golpes, demasiados para mi gusto, el momento para resolver el final de la acción es muy rápido, un simple empujón al vacío.
Aunque sus personajes estén “vacíos” el argumento tiene mucho contenido social, basado en una sociedad utópica donde prima la diferencia de clases sociales poniendo imágenes a la famosa frase “los pobres heredarán la tierra”. Neill Blomkamp demuestra la facilidad para trasladarnos al 2159 un futuro que, gracias a su estupenda narración, nos hace pensar que quizás no es tan lejano. Remarcar que igual que en su largometraje anterior, el uso de la cámara y la forma de captar la imagen es la que nos introduce dentro del ambiente desolador de la Tierra.
En pocas palabras: ‘Elysium’ es comparable a un salto al vacío con mucha fuerza, pero que la pierde conforme avanza hasta que se estrella contra el suelo en un final clásico y estereotipado.
Lo mejor: una historia llena de contenido social para demostrar que en la Ciencia-Ficción llega más allá de los puros efectos especiales.
Lo peor: personajes que pasan por la pantalla sin dejar huella.
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