La línea divisoria entre el Cine y los videojuegos cada vez es más tenue.
Los Blockbusters actuales tiran de la estética del videojuego, descuidando muy a menudo todo lo demás; los videojuegos, sin embargo, cada vez se acercan más al Cine en su mejor cara, con impresionantes contenidos cinemáticos, y también gran calidad en sus historias y guiones.
Pues bien, si en 2013 tan solo una película, por el momento, ha rebasado la barrera de los 1000 millones de dólares (es más, en todo su recorrido cinematográfico, ‘Man of Steel’ se ha quedado en 650 millones),’Grand Theft Auto V’, en un solo día, ha sumado 800 millones de dólares de recaudación.
Sin haber sido lanzado, además, en Brasil y Japón, dos mercados que pueden hacer saltar las cifras hasta niveles astronómicos.
El New York Times ha definido el juego como la experiencia más inmersiva de entretenimiento actual.
Aparte del ridículo en que la Industria videojueguil ha dejado al Séptimo Arte, el éxito de ‘GTA V’ (y otros juegos que vienen, como ‘Beyond: dos almas’) debería hacer pensar a los jerifaltes de la Industria Cinematográfica, cada vez más empeñados en abandonar sus señas de identidad en favor del dinero rápido, y fácil.
La recaudación de este año, el sonado batacazo de varios Blockbusters (‘El Llanero solitario’, ‘After Earth’) y las impresionantes cifras de ‘GTA V’ y otros juegos similares, deberían ser suficientes para replantear la estrategia e intentar dar al público lo que demanda cuando acude a una Sala de Cine y se apagan las luces: una experiencia inolvidable.