Después de cinco años, el pianista Tom Selznick está preparado para enfrentarse a sus propios fantasmas. El intenso miedo escénico por tocar ante una audiencia multitudinaria es cosa del pasado. El día ha llegado y los nervios le atenazan cuando se reencuentra con su público. Al abrir la partitura, descubre un mensaje con una amenaza de muerte para él: «Si fallas una sola nota, morirás». Sin poder pedir ayuda, tiene que averiguar quién quiere matarle, desde la grada, mientras sigue actuando.
El Director Eugenio Mira abraza sin tapujos los estándares del Cine de Hollywood convirtiendo a ‘Grand Piano’ en un solvente thriller con matrícula española, pero con planteamiento que cruza el charco.
Exhibiendo unas dotes narrativas inusitadas para un profesional de tan (por el momento) exigua trayectoria, ‘Grand Piano’ evoluciona a las mil maravillas, gracias a una puesta en escena que aprovecha cada recurso que le ofrece un entorno reducido, exprimiendo las fórmulas para que el espectáculo (pese a los limitados recursos) no decaiga.
La peripecia de Tom Selznick (Elijah Wood, tan correcto como siempre. Lástima que la mayoría de la audiencia lo recuerde solo por encarnar a Frodo Bolsón) nos envuelve.
La intriga y la tensión nos atenazan.
Todo en ‘Grand Piano’ está donde debe estar, sin fisuras ni momentos de falsa innovación que nos descoloquen y desconecten de la historia.
Pero, al final, su milimétrica precisión es, también, su punto débil.
‘Grand Piano’, es un producto matemático diseñado para cubrir todos los puntos, un thriller de manual, perfecto en su planificación y ejecución.
Pero sin pasión, sin vida. Sin personajes realmente memorables que te lleves a casa, de los que te preocupes tanto que hagas de sus desventuras las tuyas.
Película y Director a tener en cuenta. Un nuevo acierto para el Cine español cuando decide abandonar sus localistas complejos y se centra en aprovechar los recursos a su alcance para elaborar buen (y comercial ¿por qué no?) Cine.
A este Piano le falta alguna tecla. Pero el virtuosismo, es innegable.
Lo mejor: aprovecha cada recurso de la mejor manera posible.
Lo peor: le falta pasión.