Gary es un cuarentón inmaduro que vive atrapado en una especie de juventud permanente. Tiene envidia de sus amigos, que llevan una vida responsable y familiar, acorde a su edad. Un día, arrastra a sus colegas para que le acompañen a su pueblo natal, donde tiene que batir un record de pintas de cerveza consecutivas en el máximo de pubs posible. Este intento por enmendar un fracaso del pasado, le lleva a enfrentarse a una serie de acontecimientos inexplicables que pueden acabar con el mundo.
Dicen lo que mejor se guarda para el final y, desde luego, es lo que sentimos al salir de la sala tras disfrutar la última entrega de la ‘Trilogía del helado’, pergeñada por este afortunado trío creativo formado por los actores Simon Pegg y Nick Frost, y el Director Edgard Wright.
Tras ‘Zombies Party’ y ‘Arma fatal’, el tándem de artistas decide poner el broche de oro a su producto con una película no solo divertida y ecléctica (la mezcla de géneros está ahí para paladearla), sino también adulta y reflexiva.
La excelente química del elenco, que hace suyo un Libreto ágil y lleno de ocurrencias, sirve en bandeja grandes momentos cómicos, que orbitan siempre en torno a la idea de qué quiere la Sociedad para nosotros.
Todos los personajes de ‘Bienvenidos al fin del mundo’, están perdidos y son perdedores, aunque algunos disfruten de trabajos bien remunerados y tengan casa, coche, gadgets, esposa e hijos. El pack completo si el que, en Occidente, no eres nadie.
A Wright no se le pasa por alto apuntar los sinsabores de unas vidas diseñadas para encajar en la Sociedad moderna, caracterizadas por la repetición y la monotonía. Una triste colmena donde ‘triunfar’ es anclarse de por vida a una existencia vacía.
Gary, el protagonista cuarentón que Simon Pegg aviva con su habitual buen hacer, es un espíritu libre, atormentado por viejos fantasmas, pero poseedor de una vitalidad que ninguno de sus antiguos amigos poseen, y todos ellos echan de menos.
Cuando el mundo se va al garete, los encorsetados comparsas de Gary comienzan a divertirse, sentirse vivos y sacar partido a la alocada empresa de visitar, cueste lo que cueste, todos los pubs de su pueblo natal, batiendo el record de pintas consecutivas en el camino.
Haya una invasión, apocalipsis o cualquier cosa que se encuentren por delante.
‘Bienvenidos al fin del mundo’ pone la guinda al helado, cerrando un ciclo de Comedias para el recuerdo.
Lo mejor: entre carcajadas, reflexionamos.
Lo peor: algunos chistes resultan forzados.