Zipi y Zape son dos de los personajes que están en el imaginario de todo niño que en algún momento hojeó los tebeos de José Escobar, y todo un reto es llevar a la gran pantalla las travesuras de los dos hermanos. El encargado de esta labor ha sido Oskar Santos, y él mismo nos cuenta su experiencia en esta entrevista:
Antes de estrenarte en la gran pantalla estuviste realizando algunos trabajos cómo director en series de TV y trabajando en el formato del corto con títulos como ‘Torre’, premiado en varios festivales internacionales. Esta experiencia previa ¿Qué fue lo que te aportó a la hora de enfrentarte a tu primer trabajo en la gran pantalla?
Hice dos cortos ‘Torre’ y el ‘Soñador’. Obviamente es un trabajo de formación, lógicamente es una manera de aprender a enfrentarte a la posibilidad de hacer una película. De alguna manera mi trayectoria del corto duro 6 años, aunque no soy muy fan de ellos, funcionaron muy bien. Son importantes para que te formes, aprendas y en un futuro si tienes la oportunidad te vendes mejor a la hora de hacer una película.
Estudiaste Comunicación Audiovisual en la Universidad Complutense ¿Por qué decidiste dedicarte al cine?
No hay mucho misterio, fui uno de esos niños obsesionados con el cine, me encantaba desde muy pequeño. De alguna manera con 13 ó 14 años empecé a entender lo que era un director de cine, gracias a que varias de mis películas favoritas estaban dirigidas por Spielberg y Cameron. Ahí es cuando empiezo a pensar lo que es ser un director de cine e ingenuamente, ya sabes lo que es tener 13 años y dije “pues yo quiero ser eso”.
En Bilbao en el instituto agarré la cámara con unos amigos haciendo un poco el gamberro. Después miré donde se podía estudiar en España, tenía la oportunidad de hacerlo en la Universidad Complutense y para allá que me fui con 17 ó 18 años. Allí conocí a mucha gente con la que hoy en día trabajo, fui compañero de Alejandro y Mateo Gil. Son parte de mi grupo de amigos, desde entonces Alejandro me ha echado una mano en los dos cortos que hice además produjo mi primera película. Con lo cual es un buen amigo, no puedo decir lo contrario.
Has trabajado de cerca con Alejandro Amenábar y además hasta donde tenemos entendido os conocisteis en la época de estudiantes. Trabajaste con él para realizar el making of ‘Un viaje mar adentro’ ¿Qué es lo que te ha aportado o influenciado Alejandro, a tu forma de hacer y ver el cine? ¿Qué recuerdas de esta experiencia?
Siempre me parece que todos los grandes directores a todos nos influencian y Alejandro como el gran director que es, también. He tenido la oportunidad de conocer a uno muy bueno, aunque en este pack incluyo también a Mateo y Daniel Sánchez Arévalo. Yo me llevo mucho con Dani y Mateo. De todo se aprende y sobre todo cuando se tienen 17 ó 20 años. Más que nada me sirvió para darme cuenta de todo lo que me faltaba por aprender, de lo que tenía que crecer si quería dedicarme a esto.
Este tipo de influencias pueden ser muy negativas porque de repente te puedes abrumar por “lo buenos que son ellos y lo malo que eres tú”. Yo no tengo un espíritu competitivo en el cine, no creo que sea el propósito de un director, sino aprender dentro de tus limitaciones y capacidad.
Alejandro también me enseñó, porque él es muy trabajador. Creo que eso, es algo que nos define a todos y él lo valora de Mateo, de Dani y de mí. De alguna manera nos gusta mucho nuestro trabajo y somos capaces de entregarnos días, semanas y años.
Me siento muy orgulloso de mis amigos.
A propósito de esto, con 25 años leí lo que dijo Spielberg acerca de que si un director piensa que lo sabe todo y nunca va a dejar de aprender, está muy equivocado. Cuando Spielberg dice esto, tenía ya una gran carrera. Te hace ver cómo funciona todo. Es un camino muy largo, si tienes suerte y consigues dedicarte a esto, es aprender.
Tu primer largometraje ‘El mal ajeno’ (2010) es un thriller de carácter psicológico donde trabajaste con actores de renombre pero en esta ocasión la temática de Zipi y Zape era totalmente diferente porque te tocaba trabajar con niños y en cierto modo tenías que hacer una película tanto para niños como para mayores ¿cómo ha sido la experiencia de tener que trabajar con niños?
La experiencia de trabajar con niños ha sido perfecta. Siempre impone, porque yo había hecho cosas con chavales en los cortos, pero esto eran cinco niños en una película, con presupuesto ajustado, animales y efectos especiales. Por la parte de la película fue un parto complicado pero el trabajo con los cinco chavales ha sido fantástico. Lo dieron todo y mi relación con ellos sigue siendo maravillosa. Les quiero muchísimo. Me siento muy afortunado.
He de decir a Hitchcock que dijo eso de “Nunca trabajes con niños, con animales o con Charles Laughton” que yo no trabajé con Laughton, ya que está muerto el hombre así que tampoco me dieron la oportunidad pero sí que he trabajado con animales y niños. El animal era un perro de Budapest, donde rodamos la película, era un perro muy divertido y sobre todo los niños fueron fantásticos.
‘Zipe y Zape y el club de la canica’ lo podemos definir cómo una película de aventuras. Respecto al cine de género ¿con cuál te crees que te sientes más cómodo trabajando (comedia, aventuras, terror)?
Sí, son géneros diferentes, pero es una cosa que me gusta mucho. Lo primero como espectador, no tengo un género favorito, a mí me gustan muchos géneros. Cómo director me encantaría tocar todas las posibilidades, aunque quizás el musical no, porque soy un inútil para eso de la música. En la comedia, aunque en Zipi y Zape hemos tocado un poquito, tampoco me termino de ver. Por lo demás me encantaría hacer de todo.
La historia del cine nos ha dejado muchas películas en las que los niños son el referente cómo los ‘Goonies’ ‘ET’… ¿Cuál es tu preferida? ¿Crees que Zipi y Zape tiene alguna influencia de este tipo de cine? ¿De cuál en concreto?
Sin duda a la que más me acercado es a los ‘Goonies’ porque es un grupo de niños viviendo una gran aventura. Es la referencia que yo di, quería hacer una película muy cercana al espíritu de los ‘Goonies’ y curiosamente, es la que menos me gusta. Bueno, me gusta, me gusta mucho pero E.T. me parece una obra maestra, ‘Regreso al futuro’ es otra e ‘Indiana Jones’, sobre todo las dos primeras, son espectaculares.
Mi idea era hacer una película mucho más lúdica, al estilo de los ‘Goonies’.
En todas las casas españolas recordamos los cómic de José Escobar ¿Los has leído?
Siempre digo lo mismo, en mí época había dos tebeos, que son ‘Mortadelo y Filemón’ y ‘Zipi y Zape’. Yo era más fan de Mortadelo y Filemón, me gustaba el humor más gamberro de los personajes, aunque Zipi y Zape me gustaba también mucho. Tenían aventuras más cortas, más episódicas pero a mí me gustaban más el rollo de las grandes aventuras de Mortadelo y Filemón.
Últimamente las pantallas se llenan de películas adaptadas de cómic de superhéroes pero en este caso tú tenías la misión de adaptar un clásico del tebeo para toda la familia ¿qué dificultades has tenido a la hora de enfocarlo? ¿qué cambios has tenido que hacer en los personajes o que aspectos has matizado más o menos respecto a las creaciones de Escobar?
La adaptación no ha sido difícil porque enseguida propuse la idea de ese cruce entre los ‘Goonies’, ‘Zipi y Zape’ y algo del espíritu de Bart Simpson. Soy muy fan de ‘Los Simpson’. Bart no deja de ser Zipi y Zape, aunque es verdad que Bart es un hijo de su tiempo. A los productores les gustó mucho la propuesta de una película de aventuras, lo más espectacular posible, dentro claro de nuestras limitaciones, que las hemos tenido y muchas.
Los cómic de ‘Zipi y Zape’ eran aventuras más cortas y eso es una cosa que me dio miedo. Una película tipo Daniel el travieso, no lo veía, necesitaba romper el contexto histórico, pero lo que sentí que tenía vigencia es lo que representan ellos dos. Niños traviesos que quieren divertirse y pasar el mejor verano de su vida, eso es eterno en cualquier lugar del mundo. Para mí esa era la génesis del proyecto pero también quería hacer una película sobre una gran aventura o la gran aventura, con un supervillano que fuera el eje de la función y un grupo de amigos que buscan un tesoro.
Es un tipo de película que no se hace mucho, pero yo sigo pensando que tiene mucha vigencia y de hecho, se demostró en España con el éxito que ha tenido entre los chavales. En cuanto al cine para toda la familia, tanto yo como Jorge Lara, teníamos presente el cine de Pixar. No queríamos que los adultos que entraban al cine acompañando a los niños se aburrieran. Lógicamente nuestro público principal era de 7 a 13 años, pero después de haber estado en Estados Unidos y ver a chavales de 15 y de 4 a 5 años pasándoselo pipa con la película, creo que la horquilla es de 5 a 15. También es verdad que muchos padres y gente de mi edad les han sorprendido, recordándoles lo que sentían cuando entraban a ver esas películas de aventuras. Obviamente Zipi y Zape no están a su altura, pero muchos niños dicen que es su película favorita. Aunque es una cosa que les dura dos meses, me parece muy bonito.
En Estados Unidos la acogida ha sido incluso mejor, con los pases que habido en Sandals se ha demostrado que era un lenguaje universal con el que los chavales se lo han pasado genial. En cierto modo yo tenía un poco de razón, yo decía que ese cine no había muerto.
Es cierto que ahora se hacen todas esas películas de superhéroes, que a mí como espectador no me gustan nada, yo sentí que en Zipi y Zape todavía había algo de ese cine que se está perdiendo. ‘Super 8’ por ejemplo tuvo el aspecto estético de todas esas películas de los 80 pero no el espíritu de la propuesta. Es una película que no se sabe si es un drama, con unos niños medio atormentados, hay un monstruo que no sabe lo que quiere. Yo en ese cine no reconozco a los ‘Goonies’ ni a ‘E.T.’. Le reconozco la parte estética, pero la peli me decepcionó mucho. Cuando tú veías esas películas, estaban llenas de magia, eran muy lúdicas y siempre te quedaba el sentimiento de que vivías una aventura inolvidable. De verdad siento que eso es algo que se ha perdido en Hollywood. Se ha perdido esa maquinaria para llegar a todos los públicos, dejando a un lado ese cine porque es más caro y complejo. Sólo se han hecho algunas películas como ‘Harry Potter’, que es muy heredero de todo ese cine.
¿Tienes algún nuevo proyecto en mente? ¿Repetirías con otra de las aventuras de Zipi y Zape?
No tengo nada. En este país anda todo un poco revuelto y hay esa sensación de parón. Yo he tenido suerte, he podido trabajar pero tengo la sensación de que he llegado el último y me he puesto a la cola. Se habla de la posibilidad de una segunda parte. Hacer una película no es barato. Apretando apretando, con cuatro millones de euros puedes hacer una película para niños pero no se pueden hacer por dos. Se quiere hacer, porque la primera ha ido bien y se demanda una continuación pero no sé si se hará. No es ni un proyecto. Ahora estoy trabajando en algún guión con unos amigos guionistas, pero más a mí bola. No tengo nada cerrado.
Hasta aquí hemos llegado con la entrevista a Oskar Santos pero os dejamos el tráiler para que podáis ver de nuevo esa «esencia aún vigente» del cine de los 80 que se ha recuperado con este título.