En el mundo de Lego, Emmet se dedica a la construcción y sus ambiciones no van más allá de colocar las piezas como dice el manual, pero, por error, lo han tomado por Masterbuilder y, sin quererlo, se ve inmerso en una gran aventura. Su cometido ahora es detener al Megapresi que, custodiado por Polibueno/Polimalo, tratará de destruir la ciudad que conoce. Por suerte cuenta con la ayuda de los mayores héroes existentes, Superman, Batman o Wonder Woman para conseguir detener al villano.
La verdad, mucha gente está harta de los juegos y películas de LEGO. No seré yo el que diga que no son todas iguales, y calcan la fórmula hasta la extenuación.
Por ello, resulta tan increíble como bienvenido que ‘La LEGO película’ sea una rara avis dentro de la mítica marca que en los últimos años se ha dedicado a ganar dinero a espuertas perdiendo originalidad en el camino (algo así como los ‘Angry Birds’).
La película de Phil Lord y Chris Miller es un gag perpetuo, de inagotable originalidad e impecable factura técnica, donde conviven sin desentonar lo último en tecnología digital y una sensación de ‘hecho en casa’ que se agradece.
Visualmente apabullante, compleja, extraordinaria, inventiva de punta a cabo ‘La LEGO película’ tiene, además, la extraordinaria confluencia de un casting de voces en estado de gracia, con la vis cómica disparada (imprescindible verla en versión original para no perder ni un ápice de la magia) y ganas de pasarlo bomba.
Como ocurrió en otras cintas como ‘The Muppets’, la incorporación de un nuevo y entrañable personaje al universo LEGO (el adorable Emmet), pone la guinda al pastel, dando nuevos bríos al saturado mundo de la franquicia y poniendo de manifiesto que cuando las cosas quieren hacerse bien, se hacen.
Irreverente, autoparódica (atentos a Batman y todo lo que le rodea), crítica con los postulados del Blockbuster actual, reina del humor gestual y, sobre todo, disfrutable de principio a fin.
El año acaba de comenzar, pero podemos asegurar que estamos ante la mejor película de varios géneros (ya verán por qué) del 2014.
Una Brick movie por piezas… ¡y a lo loco!
Lo mejor: los aciertos artísticos y el ingenio de la película son inagotables.
Lo peor: el doblaje le hace perder enteros.
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