El cinematógrafo llegó a España el 15 de mayo de 1896 con la primera proyección de los operarios de la fábrica Lumière en Madrid. Históricamente es un momento marcado por el periodo de la Restauración, la alternancia del poder entre Liberales y Conservadores con la posterior regencia de María Cristina y la mayoría de edad de Alfonso XIII.
Las primeras grabaciones tienen más bien un carácter documental, durando escasos minutos, donde se pueden ver acontecimientos y otras costumbres populares. De los operarios de la fábrica Lumière que llegaron a nuestro país para mostrarnos el «gran invento», hay dos nombres que destacan especialmente: Francis Doublier y Alexandre Promio. Doublier rodó escenas de festividades típicas como las procesiones de Semana Santa en Sevilla y Promio filmó vistas de lugares típicos como la Puerta del Sol o costumbres como las corridas de toros. La primera filmación propiamente española fue la ‘Salida de la misa de doce del Pilar de Zaragoza’ (1896) de Eduardo Jimeno Correas (1869 – 1947), uno de los pioneros del cine español, que había comprado junto a su padre un cinematógrafo en Lyon. Podemos ver una escena cotidiana, propia de los inicios del cine mudo donde asistimos a la aceleración del tiempo. La escena se grabó a lo largo de dos domingos acomodando la cámara en un balcón, usando un formato de 12.40 metros, compuesta por 650 fotogramas y durando apenas unos minutos. Su primera proyección tuvo lugar en el Salón de Cine de Zaragoza.
Después de estas primeras demostraciones, había que dar un paso más en el cine, construir una historia, aportar narratividad y no meras imágenes descriptivas. Fructuoso Gelabert Badiella (1874 – 1955) rueda ‘Riña en un café’ (1897), considerada la primera película del cine español construida con argumento. En poco menos de un minuto de duración, varios amigos disfrutan del día en la terraza de un café, hasta que piropean a una mujer. Debido a esto se acerca un hombre trajeado y se inicia una fuerte discusión. Posteriormente, Fructuoso Gelabert seguirá su camino en el cine, siendo uno de los primeros empresarios catalanes que invirtieron en fundar estudios de material cinematográfico y construyendo en el año 1908 el primer tambor giratorio, un gran avance, donde utiliza fondos pintados detrás de la ventanilla de un vagón para crear el falso movimiento del tren.
Mientras visionamos ejemplos como éstos, realmente estamos asistiendo al nacimiento del cine español y por otro lado, se empiezan a levantar los cimientos de nuestra actual industria cinematográfica alrededor de Cataluña. Apareciendo a principios de siglo, algunas de las productoras más emblemáticas de España como Hispano Films.