Al igual que con David Menkes, pudimos entrevistar a Martiño Rivas, esta entrevista fue más especial, porque fue un poco improvisada. Le pedimos el favor a Martiño y encantado se ofreció para que le hiciéramos unas preguntas. La entrevista la realizamos junto con dos compañeras: Laura Alfaro y Clara Reynés. Comienza la entrevista:
Laura Alfaro: Hay una gran cantidad de feeling entre Ana de Armas y tú, yo considero que en esta película es muy importante tener este feeling para la cantidad de diálogo que hay, las escenas que tiene. ¿Has notado al hacer la película este feeling?
Martiño Rivas: sí, creo que era un paso necesario, para contar cualquier historia de amor, yo creo que tiene que haber cierta afinidad, cierto grado de compenetración. Llámalo química, llámalo como quieras, entre los dos protagonistas, entre el chico y la chica. En este caso, para mí fue verdaderamente muy sencillo porque Ana es una actriz súper fresca, tiene muchísima energía, tiene muchísimo punch y tiene muchísima verdad. Entonces trabajar con ella es muy sencillo y te hace mejor actor a ti también. Y luego que todo eso ya lo habíamos construido antes, estaba ahí, sólo había que volver a sacarlo a la superficie de algún modo. Para mí fue como volver a la oficina después de unas largas vacaciones, la gente vuelve distinta, uno se ha cortado el pelo, otro vuelve más moreno, pero al fin y al cabo las caras y los gestos son los mismos y entonces sólo había que retomarlo en el punto donde lo habíamos dejado.
Laura Alfaro: Son dos personajes, que por ejemplo, ella a pesar de estar enferma tiene toda la vitalidad, quiere vivir, tiene optimismo frente a la vida. En cambio, tu personaje que no está enfermo es como más cerrado, tiene más miedo frente a la transparencia de ella.
Martiño Rivas: no, pero viene por otros aspectos esa reticencia o ese estar tirando hacia atrás, viene por las contradicciones que le genera el haberse portado como se ha portado, el haber hecho lo que a hecho. A mí precisamente eso era lo que me parecía más interesante a la hora de trazar, de esbozar este personaje, el hecho de esas fuerzas opuestas de querer pero no querer, el decir, pero no decir, eso me parecía muy interesante. Luego a la hora de conservar ese misterio, porque en cierto sentido mi personaje en un momento concreto funciona casi como instrumento narrativo para un punto de giro de guión. Entonces, suministrar esa información en la justa medida como para que el espectador entienda que hay algo como turbio detrás de este tío, pero no enseñarlo tanto como para que los demás personajes puedan percibirlo, eso me parecía un equilibrio delicado.
María del Saz: En tu personaje, Dani, tiene una ruptura anteriormente porque su prioridad es el trabajo en lugar del amor. ¿Crees que las personas deberían tener como prioridad el amor en sus vidas?
Martiño Rivas: eso es dando por hecho que el amor sólo puede existir entre tú y otra persona, pero yo creo que mucha gente puede estar verdaderamente enamorada de su profesión, enamorada de su trabajo, enamorada de uno mismo. Todo vale mientras respetes al resto y no causes males a los vecinos, sabes lo que te quiero decir, todo vale, lo que te funcione a ti, cualquier cosa que te haga feliz. Cada uno busca la felicidad en distintos sitios, en distintas áreas, distintas facetas de la vida.
Clara Reynes: ¿Cómo has encarado trabajar el tema de que tu compañera de escena tuviera VIH?
Martiño Rivas: sí, en realidad es algo que les separa en un momento concreto, no estábamos haciendo una película de cine social, en la cual estuviésemos intentando retratar el día a día de la enfermedad, sino que es algo que se interpone entre los dos, podía ser eso, podía ser otra cosa. Entonces lo importante era verdaderamente transmitir el que estos dos personajes hubiesen encontrado a su alma gemela de algún modo, la persona con la cual querían estar y como consiguen vencer esos obstáculos y esas dificultades, para al final acabar juntos o no, esa era la preocupación. Lo que si me preocupaba era que teníamos cierta responsabilidad de cara a toda la gente que padece la enfermedad o que les toca de algún modo porque un familiar o un amigo la tiene, ser respetuosos y contar la historia como se merecía, como se merecen ellos. Después de la primera lectura y de conversaciones posteriores con David, me di cuenta de que lo estaba enfocando desde un lugar muy honesto y con mucha sensibilidad. Entonces esa preocupación en mi caso desapareció ya en esa fase inicial.
Laura Alfaro: Con la cantidad de escenas que hay como muy mágicas o filosóficas, que se habla mucho de la vida, de esa experiencia de uno mismo ¿Con cuál de ellas te quedarías tú, o una escena que recuerdas con especial cariño?
Martiño Rivas: no hay una en concreto, lo que sí me sirvió un poco para redescubrir la ciudad de Madrid y zonas por las cuales antes siempre iba paseando. De repente me encontraba allí trabajando y eso la verdad fue curioso, descubrir esas nuevas posibilidades que ofrecía estas partes de la ciudad: el Madrid Río, toda la zona de los Austrias. Estuvo muy bien trabajar en casa y enseñar Madrid desde otro sitio.
¡Hasta aquí la entrevista! Si quieres más información accede a la Crítica de la película y a la entrevista a David Menkes!