Las primeras décadas del siglo XX es el momento en el que aparecen en escena, o más bien deberíamos decir, «detrás de las cámaras», toda una serie de nombres que serán considerados los pioneros del séptimo arte. De algunos de ellos os hemos ido hablando, pero qué ocurre con las mujeres que también vieron su oportunidad en el cine. Este es el caso de Alice Guy (1873 – 1968), secretaria del empresario León Gaumont. Alice acudió con su jefe a conocer uno de los aparatos que inventó Louis Lumiére.
A partir de este momento, quedó completamente embelesada por el cine y todas las posibilidades que podía ofrecer.
Gaumont realizó su propia versión de la cámara de 60 mm. de Lumière pero lo tachó de juguete para niños, sin ver la oportunidad de negocio que se le presentaba. Alice comenzará a realizar breves historias escritas por ella misma, con la única finalidad de divertir a quienes estuvieran interesados en comprar el instrumento. Todo este trabajo lo realizaba en su tiempo libre. De esta manera comienza su camino en el mundo del cine, siendo considerada » la primera directora». Su primera película narrativa ‘La Fee aux Choux’ aparece en el año 1896, una fecha temprana, en la que estamos asistiendo al nacimiento del cinematógrafo. Es uno de los primeros ejemplos llevados a cabo después de ‘El regador regado ‘. El argumento es muy curioso, toma como base algunas creencias o cuentos populares del siglo XIX. El título hace referencia a cómo los niños venían de un col o repollo por mediación del hada de los repollos.
Su iniciativa tuvo éxito, siendo relevada de sus tareas como secretaria. Al poco tiempo aparece Gaumont Film Company. Posteriormente contrae matrimonio con Herbert Blanch, un trabajador de la productora, marchándose a vivir a los Estados Unidos. En 1910 fundó su propia productora con el nombre de Solax Company, llevando a cabo más de 300 títulos, algunos dirigidos por ella misma. Posteriormente fundó dos compañías más junto a su marido, pero en Estados Unidos el negocio quedó poco a poco eclipsado por Hollywood y sus grandes estudios. Por este motivo, las empresas de Alice y su matrimonio terminarán dando al traste.
Nos encontramos frente a la primera mujer cineasta de la historia, pionera en ponerse detrás de la cámara. Por lo demás, su vida es como la de cualquier mujer de principios del siglo pasado, no hablaríamos en ningún momento de una corriente feminista, pero con sus películas demostró que tanto hombres como mujeres podían hacer cine. Por desgracia, ha sido maltratada con el paso de los años, asignando algunas de las películas que dirigió a sus propios colaboradores, además muchas de ellas desaparecieron por la mala conservación del nitrato de de celulosa.
En definitiva, hablamos de una de esas figuras que hicieron posible el nacimiento del cine en los lindes del siglo XX. Una mujer que dirigió un gran número de películas, en este momento clave en el cual el cine da sus primeros coletazos. Aunque a veces se subraye menos, la Historia del Cine está llena de mujeres directoras como Alice Guy con muchos más nombres destacados tanto en España, si tenemos en cuenta a figuras como Rosario Pi y también en Estados Unidos con nombres como Dorothy Arzner.