La humanidad está seriamente amenazada por una belicosa raza alienígena que quiere destruir el planeta. Los Miméticos reducen las ciudades a escombros y el destino de la raza humana parece abocado a la aniquilación. William Cage es un comandante inexperto de las Fuerzas Especiales que es enviado a una ofensiva suicida contra los extraterrestres. Tras caer en el frente, inexplicablemente, está destinado a revivir una y otra vez el mismo episodio en el tiempo. ¿Podrá cambiar el signo de la batalla?
Hace poco participé de una conversación cuyo tema era si Tom Cruise, a sus 52 años, seguía capacitado para encarnar a héroes de acción. Mi respuesta, por supuesto, fue afirmativa (y más con ‘Los Mercenarios’ reventando la taquilla cada dos años, abueletes ellos).
Ahora añado que también puede encarnar antihéroes con igual soltura.
Lo mejor de ‘Al filo de la mañana’, no viene de su argumento: la Tierra hecha unos zorros, de nuevo en un futuro distópico donde, esta vez, son los alienígenas (sospechosamente parecidos a los bichos de la Trilogía ‘The Matrix’) los que nos dan por todos lados, condenándonos a la extinción. En el fragor de la batalla, la esperanza renacerá y blá, blá, blá.
En fin, más de lo mismo.
Si vale la pena cada euro de la entrada que pagaremos religiosamente es por otras razones que, tratándose de un Blockbuster, son muy importantes.
Primero, la pareja protagonista: Tom Cruise da una vuelta de tuerca al personaje que lleva interpretando en los últimos años, con la misma entereza y oficio de siempre. Su William Cage es un listillo y cobarde redomado, que sale corriendo cuando le toca cumplir como un hombre, y solo los avatares de revivir el mismo día acaban dándole el cuajo necesario para contribuir a la salvación de la Humanidad. Aquí la heroína indiscutible es Emily Blunt, actriz de facciones tan bellas como duras, capaz de insuflar fuerza y carácter a Rita Vrataski, guerrera de armas tomar y azote de los Miméticos. Cruise y Blunt están conectados, implicados y gozando de buena química.
En segundo lugar, Doug Liman. El director de ‘El caso Bourne’ coge la introducción, nudo y desenlace que (se supone), debe tener cualquier historia que se precie y la tira a la basura, narrando ‘Al filo del mañana’ con el desparpajo suficiente como para que la misma historia contada una y otra vez no aburra. Los momentos de acción apabullantes se intercalan con el desarrollo de los acontecimientos y un sentido del humor gamberro que aparece en los momentos más inesperados, con acierto.
La arriesgada jugada sale estupendamente. Estamos ante la mejor película de acción fantástica del joven 2014 (con permiso de los ‘X-Men’ y su fiesta Mutante).
El día de la marmota alienígena de Tom Cruise, os espera.
Lo mejor: la pareja protagonista.
Lo peor: los Miméticos no tienen una pizca de originalidad.
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