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‘El abuelo que saltó por la ventana y se largó’: elogio de lo absurdo

El abuelo que saltó por la ventana y se largó

El abuelo que saltó por la ventana y se largó

El día de su centésimo cumpleaños, Allan Karlsson, internado en una residencia, abre la ventana de su habitación, salta al jardín y deja atrás para siempre su aburrida jubilación. Se lanza a la carretera y roba un maletín lleno de dinero de la mafia. Durante su viaje conoce a otros personajes y comienza a recordar su singular existencia. Vivirá aventuras emocionantes, de las que irá saliendo gracias al legado de su madre: “En la vida las cosas son como son y pasa lo que tiene que pasar, pensar no sirve de nada”.

El auge de la literatura nórdica en la última década ha producido una serie de películas como ‘Déjame entrar (2008)’ o ‘Los hombres que no amaban a las mujeres (2011)’, que no tardaron en ser absorbidos por la industria cinematográfica estadounidense. El último ejemplo es esta comedia basada en el libro del mismo título del escritor sueco Jonas Jonasson y llevada al cine por su compatriota Felix Herngren.

Los paralelismos con ‘Forrest Gump’ son muchos y muy evidentes: la ingenuidad del protagonista, que le va haciendo salir de los múltiples embrollos en que se mete sin darse cuenta; y el hecho de hacer transcurrir dos historias paralelas, una en la actualidad, y la otra desde su nacimiento, en la que repasamos todos los acontecimientos de cierta importancia del siglo XX, donde por casualidad Allan Karlsson conoce a personajes importantes e interactúa con ellos: participa en la Guerra Civil española en el bando republicano (pero salva la vida a Franco accidentalmente), trabaja en el proyecto Manhattan, conoce al hermano de Einstein, es agente doble para los rusos y los americanos y acaba prisionero en el gulag soviético…

Hay momentos cómicos producidos por situaciones absurdas (más abundantes en la historia actual), pero los personajes en general parecen afectados por una especie de fiebre del absurdo, con reacciones sin sentido y diálogos sin pies ni cabeza. Es como si el guión se hubiera pasado de rosca, y los actores lo hubieran seguido a pies juntillas, incluso exagerando un poco más. A diferencia de la película de Zemeckis, donde todos los demás personajes contrastaban con Forrest Gump (quizá con la excepción de Bubba), en esta película tenemos la sensación de que la ingenuidad del protagonista contagia a todos los que se encuentra por el camino. Incluso la banda sonora, muy descoordinada con las situaciones de la película, incrementa esa sensación de disparate continuo.

En resumen ‘El abuelo que saltó por la ventana y se largó’, se trata de una comedia del absurdo, con partes extravagantes y disparatadas (la historia de “amor” de dos de los personajes, el elefante, el jefe de los mafiosos…), que tiene momentos puntuales de humor…sueco.

Lo mejor: momentos determinados, como las escenas con los moteros y el baile de Franco por sevillanas, que son muy divertidos.

Lo peor: no consigue en ningún momento un ritmo definido ni una unidad como obra, no hay continuidad entre escenas. A ratos es aburrida. El humor no está muy logrado respecto del libro.

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